El director general de Museos de la Consejería de Cultura de la Junta, Pablo Suárez, descartó que su departamento vaya a destinar alguna subvención al Museo del Baile Flamenco (MBF) diferente a las que se contemplen en la futura Orden de Subvenciones, que aún no ha sido dictada, y a la que podrán presentarse los centros públicos o privados que así lo consideren.
Suárez aseguró que "a fecha de hoy" en su departamento "no hay ninguna noticia" sobre que el centro impulsado por la bailaora Cristina Hoyos, directora artística del Ballet Flamenco, pueda recibir ayudas "de otra forma que no sea la Orden de Subvenciones", cuya convocatoria para el presente año aún no ha sido realizada.
"En principio la única forma de colaborar con los museos, ya sea el de Cristina Hoyos o cualquier otro público o privado de Andalucía, será a través de la Orden de Subvenciones", aclaró Suárez.
Esta resolución, con la que la Dirección General de Museos convocó las subvenciones a los museos para 2007, fue adoptada por la Dirección General de Museos a principios de febrero de ese año y publicada en el BOJA a finales de marzo. Por el momento, la correspondiente al presente año aún no ha sido publicada.
Una vez que dicha orden sea publicada, "se podrá decir si (el MBF) ha acudido o no a la convocatoria", explicó Suárez, que instó a esperar a la posible solicitud de las ayudas para entonces "saber si cumple con la normativa" y, de ser así, "apoyarlo con la subvención que corresponda".
El MBF, situado en la calle Manuel Rojas Marcos, en un edificio histórico del siglo XVIII, abrió sus puertas en abril de 2006 como un proyecto impulsado y financiado personalmente, con 5,8 millones de euros, por Hoyos tras varios retrasos en las obras de rehabilitación de la antigua academia Ifar.
Ese mismo año, el Museo --inscrito en el Registro Andaluz de Museos, lo que le permite desde entonces acogerse a convocatorias de la Junta-- recibió de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa una ayuda de 537.000 euros, subvención "desorbitada" para el PP, que vio el apoyo económico como "una vergüenza y un escándalo".
