Cultura

Cumbre de Perera en una importante tarde también de 'El Juli' y de Manzanares

En Sevilla la terna se salió con la suya, porque los tres quisieron. El ahínco de cada uno en función del lote que sorteó. Y vaya por delante que en la corrida de "El Ventorrillo" hubo unos toros más fáciles que otros. (Foto: EFE)

el 15 sep 2009 / 02:48 h.

La ficha

Toros de "El Ventorrillo", bien presentados aunque con notables desigualdades, mansitos y medio "rajados". Hubo dos toros notables, el bravo segundo -éste a pesar de que también acabaría buscando las tablas, tuvo mucha calidad- y el sexto, que embistió con mucho temple.

Julián López "El Juli": estocada sin puntilla (una oreja); y estocada (ovación).

José María Manzanares: estocada trasera y tendida, y larga agonía del toro al no intentar descabellar(una oreja); y estocada caída y atravesada (ovación).

Miguel Ángel Perera: estocada caída y descabello (ovación tras aviso); y estocada algo trasera (dos orejas, saliendo a hombros por la Puerta de Cuadrillas).

En cuadrillas, destacaron a caballo Diego Ortiz y Pedro Morales "Chocolate" en los toros primero y segundo, respectivamente. Con "los palos" se lució José Antonio Carretero en el primero, y sobre todo Juan José Trujillo en el quinto, saludando éste montera en mano.

La plaza tuvo lleno de "no hay billetes" en tarde de nubes altas y bochorno al comienzo.

La ambición lo puede todo, al menos en el toreo. Querer es poder, vencer, dominar, triunfar..., los destinos más buscados por los toreros.

En Sevilla la terna se salió con la suya, porque los tres quisieron. El ahínco de cada uno en función del lote que sorteó. Y vaya por delante que en la corrida de "El Ventorrillo" hubo unos toros más fáciles que otros.

Tesón y maestría, coraje y valor. Tales fueron las armas de "El Juli" en el que abrió plaza, toro negado a embestir. Y "embistió" el hombre. Así hay que venir a Sevilla cuando se tiene la responsabilidad de figura. "El Juli" aguantó parones y miradas por los dos pitones, muy firme, capaz y con extraordinaria técnica. La estocada contó también para que le dieran la oreja.

El cuarto llegó a la muleta frenándose, quebrantado quizás por una voltereta en el primer tercio. "El Juli" le buscó las vueltas por el pitón derecho, puesto que por el izquierdo no se dejaba, pero fue un esfuerzo imposible.

Manzanares, también muy dispuesto, resuelto e inspirado, toreó con temple y exquisitez al segundo, toro que tuvo emoción y "transmitió" mucho incluso después de amagar con irse a tablas. El único pero, cuando se inhibió para descabellar, seguramente porque no se fiaba de si mismo. Una pena dar al toro una muerte tan penosa para asegurarse el trofeo.

Al quinto le faltó raza, tomando el engaño a su aire, sin voluntad de embestir. Manzanares le pegó pases sueltos y sin dejar poso.

Punto y aparte la actuación de Perera, que ya en su turno de quites al segundo anunció lo que iba a venir echándose el capote a la espalda para torear por gaoneras de mucha quietud y ajuste. Luego estuvo muy capaz en su primero, que remataba los viajes con la cara alta, distraído y buscando la huida.

Lo más grande vino en el sexto, toro que fue a más. Una faena de muleta muy bien planteada y mejor resuelta desde la apertura con dos pases del péndulo ligados a otros tantos por delante. Extraordinarias series por el derecho, tres exactamente, atacando el torero por abajo, pero con medida, mucha suavidad y ritmo. Toreo pausado y profundo, con el toro muy humillado y muy "metido" el torero.

Al natural se perdía un tiempo entre pases por la falta de repetición del toro, lo que hubiera parecido a su vez falta de unidad, sin embargo, la lentitud, la largura y la misma profundidad de cada muletazo le ponían tratamiento de usía. Un pase, un cartel. El siguiente, otro. Y no se diga los remates de pecho, los de trinchera y del desdén.

Con el toro ya a menos, en las medias embestidas, un lío en el buen sentido a bases de medios pases, la misma buena compostura para el circular invertido y otras "alegrías". La espada, algo trasera, pero arriba. Y la locura.

Las primeras dos orejas de un mismo toro en la feria. Perera, a hombros por la Puerta de Cuadrillas, no salió por la del Príncipe por la exigencia reglamentaria de los tres trofeos. Pero este "portazo" vale mucho.

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