"A los olvidados, a los que buscan la verdad". Éstos fueron ayer los protagonistas de la misa que se celebró en la iglesia de San José Obrero el día del 18 cumpleaños que no pudo celebrar Marta del Castillo. Sus padres, Antonio y Eva, estuvieron acompañados de los abuelos, tías y familiares de Marta y recibieron el apoyo de los vecinos.
"Hoy tendremos a la familia en casa, pero para recordarla", dijo la madre antes de comenzar la eucaristía, que el párroco Víctor García dedicó por completo a Marta. El primer 19 de julio sin ella. "Hoy vamos a recordarla como la recordamos todos los días -aseguró Eva-. Pero es un día triste porque es su cumpleaños".
Marta habría sido ayer mayor de edad. Iba a ser un día especial, un día para el que los amigos, los familiares y los padres así se venían preparando antes de su desaparición la noche del 24 de enero: los regalos y las sorpresas por los 18 años. "Desde que desapareció todos los días son tristes pero hoy más, porque toda la familia y los amigos solían reunirse en su casa para celebrar los cumpleaños".
"Jesús quiere estar con los padres de Marta, celebrando su cumpleaños. No sabemos dónde está, sólo Dios lo sabe. Allí donde esté le pediremos al Señor por Marta". Fue parte del mensaje que se leyó antes de la misa, en la que Antonio y Eva estuvieron acompañados por más de un centenar de vecinos.
El párroco elevó "un canto de esperanza" frente "a la deshumanización que padece mucha gente, hermanos nuestros", y reclamó "voces que apuesten por las personas, por su dolor y su sufrimiento; alguien que se acerque y les alegre el corazón".
"Queremos decirle a los padres de Marta -siguió Víctor García- palabras de consuelo: nunca perdáis la esperanza en vuestra lucha. Pedimos al Señor que allí donde esté Marta la haga muy feliz. Que Marta -deseó el párroco- sea muy feliz".
Antonio del Castillo agradeció el cariño de la sociedad española, que se "nota y se agradece siempre", y la madre de Marta hizo lo propio con el cardenal Amigo Vallejo por el "detalle" de permitir que se hiciera una mención a su hija el día de su 18 años en todas las misas sevillanas. El párroco de San José Obrero orientó la eucaristía a hacer una llamada al sosiego interior y a la fe, "para que Antonio y Eva sigan siendo valientes y llenos de esperanza".
