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Da Vinci entra en quirófano

"Es como operar con una Wii". Así explica José Manuel Díaz Pavón, cirujano del Virgen del Rocío, cómo se opera con un robot Da Vinci. Este instrumento, que el hospital inauguró en septiembre de 2007, permite intervenir con mínimas incisiones. Desde entonces, ya han sido operadas 80 personas con resultados excelentes.

el 15 sep 2009 / 09:49 h.

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"Es como operar con una Wii". Así explica José Manuel Díaz Pavón, cirujano del Virgen del Rocío, cómo se opera con un robot Da Vinci. Este instrumento, que el hospital inauguró en septiembre de 2007, permite intervenir con mínimas incisiones. Desde entonces, ya han sido operadas 80 personas con resultados excelentes.

El robot quirúrgico Da Vinci es un avance que permite al cirujano operar al paciente a distancia. El médico se sitúa ante una consola equipada con mandos y con una pantalla que le ofrece imágenes reales en tres dimensiones mientras que el paciente está en la mesa de operaciones con cuatro brazos mecánicos que se introducen en su interior. "Es como la cirugía laparoscópica pero robotizada y con mayores posibilidades de movimiento", explica Francisco Torrubia, director de la unidad clínica de Urología y Nefrología del hospital sevillano.

Este avance permite una recuperación más rápida del paciente debido a que en la intervención sólo se le realizan pequeñas incisiones, por donde entran los brazos del Da Vinci -es lo que se conoce como cirugía de mínima invasión-. "Esto implica también menos complicaciones e infecciones postoperatorias", añade José Manuel Díaz Pavón, adjunto de la unidad de Coloproctología, quien detalla que los médicos operan con el robot a pacientes cuya patología responde a un perfil concreto.

Una vez se comprueba que el enfermo puede ser intervenido con el Da Vinci se le ofrece esta opción y se le informa. "La mayoría suele decir que sí, aunque hubo un paciente, con cáncer de próstata, que prefirió el método habitual de cirugía abierta", relata Torrubia. "Esta persona se operó y ahora evoluciona perfectamente también", añade.

El robot Da Vinci se implantó en el Virgen del Rocío el pasado mes de septiembre, sin embargo la primera operación en Andalucía se realizó pocos días antes en el Hospital Carlos Haya de Málaga. Corrió a cargo de Víctor Baena, Emilio García Galisteo y Javier Machuca -quien también participó en el estreno del Virgen del Rocío-. "Se trató de un paciente con cáncer al que había que extirparle la próstata -recuerda Torrubia-. Todo salió bien y el paciente se recupera con normalidad, con las indicaciones propias que tiene la cirugía de un cáncer como ése".

El Da Vinci es un producto de la última remesa de la innovación tecnológica desarrollada para los quirófanos. "No se trata de ninguna técnica experimental sino del uso del robot en la práctica quirúrgica ya establecida", puntualiza José Miguel Borrego Domínguez, jefe de servicio de Cirugía Cardíaca del hospital.

Comenzó a ensayarse en el mundo ya a finales de los años 90 en pacientes con cáncer de próstata para evitar la cirugía abierta del abdomen y ahora ya se ha extendido a diversos tipos de dolencias. En el Virgen del Rocío se operan cuatro: cáncer de próstata, cáncer de colon, cáncer de útero y ovarios y cirugía cardiovascular (reparación de la válvula mitral). La unidad de Borrego Domínguez es la única de un hospital público o privado del país que realiza cirugía cardíaca mediante el Da Vinci.

En España, el Carlos Haya y el Hospital Clínico de Madrid son los únicos centros públicos equipados con el robot, que también está disponible en tres centros privados: Clínica Ruber, en Madrid; Fundación Puigvert, en Barcelona; y Clínica Virgen Blanca, en Bilbao; claro que a un elevado precio: "La operación de próstata, por ejemplo, cuesta 22.000 euros", explica José María Pena, de la unidad de Urología y Nefrología. No es la única cifra que rodea al Da Vinci: cuesta casi dos millones de euros.

alta precisión. Es el precio de una de las tecnologías quirúrgicas más precisas. En datos: el visor que emplea el cirujano dispone de imágenes reales de alta resolución de la zona a operar, que puede agrandar hasta 15 aumentos, y el robot capaz de verificar cada movimiento 1.500 veces por segundo, filtrar el pulso del cirujano y girar los brazos mecánicos 360 grados sobre su eje. "Esto lo convierte en un instrumento muy seguro para el paciente", afirma Torrubia.

"El Da Vinci dispone de un sistema llamado maestro-esclavo, esto significa que no tiene autonomía ni funcionamiento independiente sino que obedece estrictamente al control del cirujano", señala Rafael Torrejón, jefe del servicio de Ginecología, quien recientemente, junto a ginecóloga Mari Ángeles Martínez Maestre, ha realizado operaciones de extirpación de útero y ovarios a través de la vagina.

Aunque en 1999 se operó por primer vez con el Da Vinci -en Estados Unidos; también un caso de

cáncer de próstata- y un año después fue autorizado por la FDA -la Administración de Alimentación y Fármacos norteamericana-, su mecanismo de precisión quedó más que demostrado en 2001 cuando se usó el robot para una operación transoceánica: el cirujano estaba en Nueva York y el paciente en Estrasburgo -había que operarlo de vesícula biliar-. El retraso en la señal que emitían los mandos del médico para que los brazos se movieran a varios miles de kilómetros de distancia fue de sólo 150 milisegundos. Imperceptible. Pero lógico teniendo en cuenta que esta tecnología tiene su origen en un proyecto de la NASA para operar a astronautas desde la Tierra.

El Virgen del Rocío, tras las 80 intervenciones desde septiembre, prevé realizar 200 operaciones en 2009. Hasta el momento, se han practicado 22 casos de cáncer de colon, 5 de cirugía cardíaca, 24 intervenciones ginecológicas y 29 de cáncer de próstata. Una de las mayores ventajas se encuentran en la cardíaca, "puesto que permite disponer de imágenes reales en tres dimensiones de las estructuras cardíacas y evita que haya que abrir al paciente por el esternón", apunta Borrego Domínguez. En lugar de esto, al paciente se le practican tres incisiones de un centímetro y otra de seis por donde extraer el tumor o hacer pasar las válvulas para reponerlas.

Los pacientes saben ya de los beneficios del robot y ya hay, dice Torrubia, quien pregunta por él para operarse antes de que se lo proponga el médico. "Y es que antes -asegura- los pacientes competían entre ellos por la cicatriz más grande y ahora presumen de tener la herida más pequeña".

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