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De afición, ayudar al prójimo

Maribel tiene 23 años y en su tiempo libre colabora con Protección Civil ante accidentes y catástrofes. Concepción tiene 80 y teje patucos para recaudar fondos con destino a proyectos de cooperación en India. Son dos de los 350.000 voluntarios andaluces que demuestran que se puede ayudar al prójimo de muchas formas y a cualquier edad.

el 15 sep 2009 / 22:37 h.

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Maribel tiene 23 años y en su tiempo libre colabora con Protección Civil ante accidentes y catástrofes. Concepción tiene 80 y teje patucos para recaudar fondos con destino a proyectos de cooperación en India. Son dos de los 350.000 voluntarios andaluces que demuestran que se puede ayudar al prójimo de muchas formas y a cualquier edad.

Estos voluntarios prestan su ayuda altruista a través de 4.177 asociaciones, algunas de las cuales participan hasta hoy en Sevilla en el VI Congreso Andaluz del Voluntariado, inaugurado ayer por la consejera de Gobernación, Clara Aguilera.

Unos, como Concepción Guisado y su amiga Ana Barroso, a punto de cumplir 71 años y miembros de Mayores Solidarios, querían "sentirse útiles" ahora que tienen "tanto tiempo libre". Por ello pusieron sus habilidades con la costura, el punto y el croché al servicio del taller de confección de la asociación, donde se teje ropa de bebés y accesorios que se venden en mercadillos y ferias y cuyos beneficios se destinan a proyectos de cooperación en India y el norte de Argentina.

"Tenemos una compañera con 93 años que cose maravillas, y sin gafas", relatan orgullosas mientras muestran el género a la venta en su stand del Congreso. Otros llegan al voluntariado tras una experiencia personal, como José Antonio Guerrero, que orienta y ayuda a otros padres a pasar por lo que él paso: la anorexia de su hija. La asociación Adaner ofrece información y terapia para las pacientes y sus familias porque "esta enfermedad, al ser minoritaria, no recibe en la sanidad pública la atención que precisa, pese a que el índice de muertes es alto".

Las asociaciones de ayuda a pacientes de diversas enfermedades tienen gran protagonismo en el voluntariado, así como las organizaciones ecologistas, que atraen sobre todo a los jóvenes. Sin embargo Maribel Muñoz se decantó por Protección Civil, porque le gustaba ver trabajar a sanitarios y bomberos y "eso de ayudar a los demás". Con 16 años -la edad mínima exigida- se unió a este movimiento que colabora con las fuerzas especiales en accidentes, indendios y catástrofes naturales. Para ello, reciben formación sobre primeros auxilios y actuación ante emergencias.

Un año de formación es necesario para afrontar las situaciones extremas que se atienden en el teléfono de la esperanza. Ana Moreno es una de los 500 voluntarios andaluces del mismo (954 57 68 00 en Sevilla) y reconoce que, con la crisis, "han aumentado las llamadas de tipo suicida, aunque no lleguen a consumarse. Hay graves problemas económicos y la gente se desespera". En general, muchos de los que llaman "sólo quieren que alguien les escuche, porque hay mucha soledad", explica Ana.

Información y prevención contra las adicciones al juego y los accidentes de tráfico es lo que ofrecen Fapeja y Stop accidentes. Sus responsables en Andalucía, Luis Vaz y Diego Gutiérrez respectivamente reconocen su especial preocupación por llegar a los más jóvenes, ante la proliferación de adicciones a las nuevas tecnologías y los riesgos que "por imprudencias tontas" se corren al volante de un coche.

El presidente de la Plataforma Andaluza del Voluntariado, Manuel García, aprovechó la presencia de la consejera de Gobernación para pedirle "un esfuerzo" a pesar de la crisis para que "no mermen los recursos sociales" y encontrar "nuevos instrumentos financieros para no ser tan dependientes de las subvenciones".

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