El estudio de animación de Marcelino y Manuel ha tenido un crecimiento espectacular. En cuatro años ha pasado de ser un pequeño proyecto de 8 amigos a una de las empresas de animación mayores de Andalucía con 50 empleados. Y todo ellos "gracias al empujón que nos dio la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa", explica Marcelino.
A través del programa Invercaria le dieron un capital semilla para poder poner en marcha su idea innovadora. Con los 280.000 euros que le facilitaron pudieron comprar equipos nuevos, ordenadores y herramientas informáticas. Pero lo más importante, como apunta Marcelino, es que "pudimos investigar en nuevos procesos de animación que nos permitieron desarrollar grandes proyectos".
De las recreaciones científicas que realizaban en sus primeros años a una película en la que han colaborado con importantes productoras, El Lince perdido, que aún se proyecta en algunos cines andaluces. Para Kandor Graphics, ubicado en el Parque Tecnológico de la Salud de Granada, el apoyo de la Consejería ha sido esencial.