La prostitución callejera suele asociarse a barrios degradados y la periferia, pero las imágenes de prostitutas y clientes practicando sexo en el mercado de la Boquería en Barcelona han hecho saltar las alarmas. En Andalucía, el mapa de la prostitución incluye tanto polígonos industriales como cascos históricos.
La reurbanización de centros históricos como la Alameda en Sevilla o la calle Camas en Málaga, en unos casos, o la movilización ciudadana como la de los vecinos del histórico barrio marinero del Fapillo en Almería, en otros, han desplazado en la mayoría de las ciudades la prostitución a polígonos industriales y zonas más comerciales que residenciales, como Guadalhorce en Málaga, Bayanes y El Puche en Almería, Almanjáyar en Granada o Las Palmeras en Huelva.
Son zonas de paso y sin viviendas, lo que hace que no haya grandes conflictos ciudadanos, según reconocen las federaciones provinciales de asociaciones de vecinos, a pesar de que en algunas de estas zonas, como en Málaga y Almería, las prostitutas "están también durante el día", según reconoce el presidente de la federación almeriense Liberio López. En el polígono Guadalhorce no hay viviendas pero sí comercios y desde la federación Unidad denuncian que "practican sexo en la calle".
Pero en Málaga, el principal descontento vecinal se encuentra en la Alameda de Colón, una zona céntrica y residencial, incluso con un colegio, que no era tradicionalmente de prostitución pero a donde se trasladaron cuando en la calle Camas se derribaron las casas viejas y se construyó un aparcamiento. Algo parecido a lo ocurrido en Sevilla con el traslado del fenómeno de la Alameda de Hércules a Nervión.
Si en el Polígono Guadalhorce dominan las prostitutas extranjeras, la Alameda es más territorio de nacionales y transexuales. "No es un espectáculo agradable de ver ni beneficia a los vecinos que allí viven, pero no se subsana sólo con medidas represoras, son necesario programas de integración social y educativos y al Ayuntamiento se le llena la boca con eso pero luego no se ven por ningún sitio".
También en Almería ha habido un desplazamiento desde el barrio marinero del Fapillo, donde "hubo una contestación vecinal bastante fuerte y se logró erradicarla", según relata Liberio López. Ahora, el fenómeno está localizado en las afueras en el paraje Bayanes, en la salida de la ciudad por la carretera hacia Málaga, y en El Puche.
En ciudades como Córdoba o Cádiz, el movimiento vecinal reconoce que "nunca ha habido un problema generalizado" y sólo al gunos focos en el recinto ferial del Arenal en Córdoba o la zona de Cortadura junto al puerto de Cádiz que, al estar apartados y sin casas, no generan conflicto.
Tampoco en Huelva, donde la prostitución está muy localizada desde siempre en la zona de Las Palmeras, en la barriada El Molino de la Vega, donde se encuentra el mayor centro comercial de la ciudad pero sin viviendas. El responsable de seguridad ciudadana de la federación, Rafael Mimayo, reconoce que "no afecta tanto a la gente, porque es zona de paso en coche pero las viviendas están detrás. Sí hay comercios pero se ponen por la noche cuando ya están cerrados. Además, está junto a una comisaría, por lo que no hay sensación de inseguridad".
