Siete horas después y con las patas por delante. El jabalí de Sevilla Este era capturado sin vida en la madrugada de ayer después de que un amplio dispositivo policial movilizase a efectivos de la Guardia Civil de Tráfico, Policía Local, Bomberos, Cecop, Lipasam, técnicos del servicio Zoosanitario del Ayuntamiento y expertos en la caza de este tipo de animales. Mientras, los vecinos de Andalucía Residencial se tomaban a broma tal despliegue. Hasta que no vieron la foto en este periódico no se lo creyeron. Pero un jabalí en la ciudad, desorientado y perdido, representa un peligro para los viandantes y los vehículos que entre las 18.00 y las 01.00 horas pasaban por las inmediaciones de la A-92. Finalmente, todo se quedó un susto y en una noticia curiosa.
"¡Y qué susto! Yo volvía casa de pasar el día con la familia y me pensaba que estaban buscando a alguien peligroso, con tanto coche patrulla y tantos policías", contaba ayer Pilar Romero. "No daba crédito a lo que contaban los vecinos, con sus paraguas ahí plantados viendo a la Policía. Que me digan que pasa en un pueblo de la sierra, vale, pero en plena ciudad...", continuaba Pilar con la bolsa del pan en la mano.
Es que ayer el extravío y posterior captura del jabalí era el tema de conversación en los locales comerciales de la primera fase de esta urbanización de Sevilla Este. En el obrador Pepi los dos hermanos que regentan el negocio contaban que ayer no se hablaba de otra cosa. "Nosotros sabemos lo que cuentan los vecinos, y cada uno cuenta una historia". En la carnicería David también especulaban sobre el origen de tan singular visita a la urbanización: "A saber de dónde salió el animal. Yo esta mañana he escuchado todo tipo de versiones: que si venía de una de las casitas de Torreblanca o que sería de algún cazador que lo echó medio muerto en la furgoneta y se le escapó por el camino a su casa", reflexionaba uno de los clientes. Para el carnicero, risueño con la anécdota del jabalí, "ese pobre se libró de la cena de Nochebuena y de la comida de Navidad y al final le han dado dos tiros que lo han dejado tieso".
Pero la verdad es que el animal no sufrió esa muerte, lo que no quita para el miedo que tuvo que pasar hasta que lo pillaron. La Policía utilizó para su captura perros de presa especializados en caza mayor, que redujeron al jabalí hasta que un experto le dio la estocada definitiva. Antes, siete horas de rastreo entre matorrales y un primer despliegue cuando todavía se pensaba que se trataba de un cerdo común, como explicó la primera llamada de aviso al 112.
Laura Sánchez y su novio, Alejandro Alcarazo, vieron los coches de la Policía y se acercaron "a cotillear, la verdad, como otros muchos vecinos que se pararon con la que estaba cayendo". Al principio pensaron que se trataba de alguna actuación por el mal tiempo, que dejó muchas ramas caídas en el barrio, o por algún control de tráfico, pero "cuando nos dijeron que era por un jabalí que se había escapado -no nos dijeron de dónde, eso sí- no pudimos evitar echarnos a reír". "A una señora que bajó a pasear al perro sin echar cuenta del lío que había le dijeron que se apartara de los matorrales, que había suelto un animal peligroso", recordaba Laura entre carcajadas. Alejandro se quedó un rato pendiente: "A las 00.30 todavía estaban cortando un lado u otro de la carretera según por donde se movía el bicho. Yo pensé que tendrían que dispararle y la verdad es que no quería verlo". Y es que, en el fondo, todos lamentaban ayer el fin de la aventura del jabalí fugitivo.
