Después de haber movido en la antigüedad muchos barcos de vela y de hacer funcionar los molinos, la energía que aprovecha las corrientes de aire sigue estando de moda y se ha convertido en un valorado recurso en la sociedad. La Junta se ha subido al carro y pretende que Andalucía alcance 4.000 megavatios de potencia en 2010.
El viento, además de ser uno de los cuatro elementos naturales, se ha convertido en un rico y valorado recurso de presente y de futuro. La energía eólica es en la actualidad una importante fuente de suministro y una de las grandes apuestas del Gobierno para satisfacer la demanda de electricidad de los ciudadanos. Aunque en los últimos años se ha avanzado bastante en este camino, la Junta quiere seguir ganando metros y se ha marcado una doble meta para los próximos años: que Andalucía alcance los 4.000 megavatios de potencia eólica operativa y que el 18,3% de la energía consumida en la región sea de origen renovable en 2013.
Estas son las directrices que el Plan Andaluz de Sostenibilidad Energética (Paneser; 2007-2013) establece desde el pasado mes de noviembre para el aprovechamiento de la energía eólica en la comunidad, siempre en consonancia con Europa -fija un objetivo de participación de las energías renovables de un 20% para el año 2020 en el total del consumo- y con España, donde un plan de fomento de las energías renovables debe conseguir que en 2010 estas fuentes cubran como mínimo el 12% de la demanda energética del país. Este plan nacional fue renovado en julio del pasado año para el periodo 2008-2012 y su éxito depende de la implicación que las diferentes regiones tengan en el desarrollo de políticas energéticas que primen el ahorro y la eficiencia.
En la comunidad andaluza en particular, la extrapolación de este compromiso se materializa en el plan Paneser mencionado anteriormente (que actualiza el Plan Energético de Andalucía 2003-2006, Plean) y en el requisito de que en cinco años más del 18% de la energía primaria consumida con fines energéticos proceda de fuentes renovables. Se trata por tanto de un ambicioso objetivo que supone incluso ir más allá del 12% que exigen las estrategias española y europea.
En esta línea, el pasado 19 de marzo se publicó en el BOJA (entrando en vigor al día siguiente) una nueva orden sobre la energía obtenida del viento que tiene como fin que, para el 31 de diciembre de 2010, la potencia operativa eólica de la región llegue a los 4.000 megavatios (MW). Esta cifra supone un gran avance desde los 146 MW instalados a finales del año 2000 y el objetivo de 2.700 MW de potencia marcado para 2006.
Tras el desarrollo de las instalaciones de generación llevado a cabo en los últimos años (dentro de la anterior legislación correspondiente a 2002 y en competencia de la Consejería de Empleo y Desarrollo Tecnológico), la nueva orden mantiene el mismo objetivo, sacar el máximo partido a la producción eólica, y para ello establece un procedimiento de priorización en el acceso y conexión a las redes de distribución eléctrica para aquellas instalaciones de generación que utilicen como fuente primaria la producción eólica en tierra y que se propongan conectar a la red para evacuar la energía producida. Así, cualquier promotor interesado en construir o ampliar un centro de producción eólica debe presentar (hasta al 19 de abril) su solicitud telemática en la dirección de internet http://juntadeandalucia.es/innovacioncienciayempresa.
También es una tarea fundamental de la normativa que regula la política energética en la región optimizar las infraestructuras eléctricas necesarias para la retirar la energía generada, teniendo en cuenta las nuevas circunstancias técnicas de la red e impulsando la ubicación de parques con fuentes renovables en la comunidad.
Plan industrial. Con las máximas de mantener la sostenibilidad en el actual modelo energético y de implantar una nueva cultura energética en la sociedad andaluza (sin desequilibrios ambientales, económicos y sociales), la Junta primará por primera vez los parques eólicos ligados a un plan industrial. Así, desde Innovación se pretende que las empresas del sector que aterricen en Andalucía atraídas por su capacidad eólica no vengan únicamente en calidad de huéspedes a explotar este recurso, sino que se integren en el tejido productivo local y sean capaces de desarrollar un plan industrial de calidad, promoviendo la creación de empleo y contribuyendo a la generación de riqueza.
Otro punto que prioriza la orden es la madurez administrativa de la empresa, de manera que la compañía que presente su proyecto eólico garantice que lo va a realizar en el plazo indicado y con toda seguridad.
