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De Itaca al Patio Banderas

De la misma manera que Ferrán Adriá excava en busca de los elementos más simples de la cocina, los arqueólogos sevillanos desbrozan el subsuelo de una ciudad ávida de Historia. Ahora han encontrado en el Patio de Banderas -como Schliemann en Troya- una Sevilla aun por numerar que se remontaría al siglo VIII antes de Cristo.

el 16 sep 2009 / 05:28 h.

De la misma manera que Ferrán Adriá excava en busca de los elementos más simples de la cocina, los arqueólogos sevillanos desbrozan el subsuelo de una ciudad ávida de Historia. Ahora han encontrado en el Patio de Banderas -como Schliemann en Troya- una Sevilla aun por numerar que se remontaría al siglo VIII antes de Cristo.

Si Itálica fue durante mucho tiempo la "Sevilla vieja" a ésta podrían llamarla la "Sevilla mínima". Ahora sabemos que había sevillanos que construían primitivos habitáculos mientras Homero contaba, en versos que siguen marcando la línea de otros surcos poéticos, hazañas de cuatro o cinco siglos antes.

Hace algunos años pasé por Ítaca, el reino cuyo rumbo guiaba la nave de Odiseo por todo el Mediterráneo, hoy una isla prácticamente desierta en el estrecho de Kefalonia en la que quedan tan pocos restos de Ulises y su epopeya que muchos dudaron durante siglos de la existencia del héroe del mismo modo que se dudó de Troya.

Los poemas del rapsoda ciego demuestran que en los territorios, como en las personas, hay un tiempo de nacer, otro de crecer y otro de morir, pero también proclaman otras verdades.

Los yacimientos del Patio de Banderas ahondan en una Sevilla lejana que fue creciendo sobre sí misma, que llegó a su esplendor mucho después, que decayó luego. Igual que Ítaca. Al mismo tiempo, deberían abrir la reflexión sobre el objetivo de los descubrimientos.

Los siglos y siglos de investigación sobre los hechos narrados en la Ilíada o en la Odisea, sirvieron sobre todo para consumir, con la unción que se comulga, los sucesos envueltos por la niebla pero eso no aró el suelo de Ítaca ni plantó en ella árboles. Una cosa es buscar el pasado para consumirlo y otra muy distinta descubrirlo y, a la vez, seguir haciendo Historia.

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