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De lo "irrefutable" a la absolución

El juez de Menores ha abierto la duda sobre las pruebas en las que se basa el caso.

el 26 mar 2011 / 19:42 h.

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La sentencia del Cuco podría librar a Miguel Carcaño de la acusación de violación.

No sólo la familia de Marta del Castillo, toda la sociedad exigía a la Justicia una sentencia ejemplarizante. Era la única forma de mitigar un dolor que se ha acrecentado con los tres años de prisión impuestos al Cuco por encubrimiento. Quizá para comprender por qué la Justicia no ha sabido dar respuesta a las ansias de condena de la sociedad es necesario explicar algunas claves.

La primera la apunta el propio magistrado Alejandro Vián en su sentencia: debe "actuar exclusivamente como juez" y, por tanto, lo tiene que hacer "vinculado escrupulosamente a la Ley y debiendo valorar en conciencia las pruebas". Partiendo de esto las premisas por las que se rige el juez son claras: la presunción de inocencia y las garantías procesales a las que tiene derecho el acusado. Todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Ésa es la clave, pues no ha sido posible demostrar con pruebas contundentes que el menor violara y matara a Marta, y el juez está obligado a absolver ante la más mínima duda de culpabilidad.

En este punto cabría preguntarse si aquellas "pruebas irrefutables" y esa "investigación de libro" no estaba tan atada, si tenía fisuras. O quizás las acusaciones se han quedado con una versión de los hechos difícil de demostrar porque no hay pruebas o porque simplemente no ocurrió. Muchas dudas que evidencian la importancia de que el cadáver no haya aparecido. Sin el cuerpo puede haber condena, se repitió hasta la saciedad. Con esta sentencia en la mano, ya no parece tan claro. Al menos no con la violación, pues la única prueba clara es una confesión de Miguel, de la que luego se retractó. De hecho, nadie se planteó esta posibilidad antes de que Carcaño lo confesara, ya que los restos biológicos encontrados evidencian que Marta estuvo en el piso de León XIII, pero no que sufriera una agresión sexual.

Otra gran duda es si las acusaciones podrían haber hecho algo más, no sólo la Fiscalía contra la que el juez arremete. La sentencia anula la principal prueba de cargo, la confesión de Miguel, porque éste no la ratificó en la Fiscalía de Menores y no pudo ser sometido a las preguntas del abogado del Cuco. El juez critica y dice "no entender" qué motivos llevaron al fiscal a no citarlo, pero tampoco la acusación particular lo pidió. Aquí juegan un papel fundamental las garantías procesales. Además del principio de presunción de inocencia existen otras como el derecho de defensa, en el que cabría un principio al que hace alusión el juez: el de contradicción. El abogado de la defensa tiene derecho a preguntar cuando un testigo o coimputado implica a su cliente. Si esto no se cumple puede ocurrir que se invalide la prueba y, si no lo hace este juez, lo puede hacer otra instancia.

Otra clave que también apunta el juez en su sentencia es el fin reinsertador de la Ley de Menor. Casos como éste o el de Sandra Palo han hecho que la sociedad se levante criticando su falta de contundencia. Pero los especialistas no están de acuerdo y recuerdan que el tiempo no cuenta igual para un menor que para un adulto, y que la posibilidad de reinserción del joven es mayor. "En el procedimiento Penal de menores predomina o tiene especial incidencia la finalidad reeducativa del menor y no tanto la sancionadora", señala el juez.

Precisamente este sábado, el abogado del Cuco, Fernando de Pablo, indicó que al conocer la sentencia el menor se había sentido "aliviado" por la absolución por la muerte y violación de Marta, aunque "descontento" con la condena por encubrimiento, ya que asegura que "se está comiendo un marrón que no es suyo", ya que el menor "insiste en que esa noche no estuvo en el piso" y confesó por la presión de la Policía.

Por otro lado, si de aquí a que se celebre el juicio de los adultos la sentencia del Cuco es firme, Miguel tendrá una importante baza a su favor, ya que podría utilizar el fallo (si es el mismo) para al menos librarse de una de las violaciones que se le imputan: la que él decía que cometió el Cuco. Así, Carcaño podría librarse de siete años de cárcel porque no se ha podido demostrar que el menor fue autor de la violación.

También puede salir beneficiado su hermano, Javier Delgado. Está acusado de encubrir el asesinato y la violación del menor, así que ahora no está encubriendo a nadie, pues Miguel es su hermano y la ley le exime. Aun así, su letrado asegura que no usará este recurso porque Javier "es inocente" y ni siquiera encubrió a Miguel. Para José Manuel Carrión, esta sentencia evidencia que "no hay pruebas", pero "mete literatura" al afirmar, "con la simple declaración del menor", que Javier fue al piso.

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