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De los pañuelos a los 'olés' en un suspiro

El Sevilla llega al nuevo parón liguero de la mejor forma posible: ganando y casi haciendo olvidar que hace sólo unos días su entrenador era otro. Manzano, pese a su inmejorable estreno, tendrá que seguir obteniendo resultados y buen juego. Ante el Atlético, consiguió logró las dos cosas. Ahora hay que dar continuidad a este nuevo Sevilla.

el 03 oct 2010 / 20:54 h.

Los jugadores se abrazan tras uno de sus goles.

Gregorio Manzano ha entrado con buen pie en el Sevilla. Visto los visto, pocos podían esperar que el equipo comenzase a curar sus males a base de victorias y, sobre todo, mejorando su fútbol a pasos agigantados. Ni el Borussia Dortmund, que parecía indestructible, ni el Atlético de Madrid, que llegaba dispuesto a sacar tajada del Sánchez Pizjuán tras ver que casi todos los equipos que pasaron por él hasta la fecha lo habían conseguido, han podido con este nuevo Sevilla. Tal ha sido su reacción que, si bien es cierto que en Alemania sufrió de lo lindo, ayer regaló algunos de los mejores minutos de juego que se le recuerdan... en los últimos tiempos. ¿Realidad? ¿Espejismo? Sólo el tiempo lo dirá, pero de momento Manzano ejerce prácticamente de mago.

Al grito de olé, olé, olé, la afición ha pasado mostrar pañuelos hace escasas fechas a disfrutar con su equipo e irse a casa feliz y contenta. Así es el mundo del fútbol, casi siempre viviendo al día y tan capaz de devorar proyectos por falta de resultados o juego como de rehabilitar a jugadores. Precisamente, esto fue lo que vivió ayer Romaric, ovacionado en reconocimiento a su buen hacer e implicación; y Negredo, quien también se marchó entre aplausos, algo que el madrileño esperaba desde hace tiempo. Los silbidos han pesado al fichaje más caro de la historia del club, pero él ha sabido sufrir, luchar, y volver a marcar goles. Brillante su inicio de campaña.

Manzano tiene mucha culpa de este cambio, aunque no lo quiera reconocer. Confianza en las propias posibilidades y orden son las máximas que ha tratado de inculcar a los jugadores Incluso ha sabido recuperar a Renato, cuyo partido ante el Atlético deja claro que puede seguir siendo un valor importante para este Sevilla. Otra cosa es que el nuevo técnico triunfe o no en Nervión, pero por el momento ha entrado con buen pie y, bajo su varita mágica, ha conseguido cambiar los pañuelos que se veían hace poco en la grada por olés y más olés. Y hacía tiempo que no se escuchaban en el Sánchez Pizjuán.

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