Si el Ayuntamiento sólo quería sondear sobre el efecto del anuncio de una posible subida de las tarifas de Tusssam, ya habrá aprendido que sondeos así no benefician, porque ha conseguido que se fije en los sevillanos la idea de que no ha podido salirse con la suya. Hay cosas que sólo se pueden hacer si, efectivamente, están justificadas y bien estudiadas; pero se hacen, no se habla de ellas como algo que podría ocurrir, salvo que la reacción ciudadana obligue a corregir. Si Tussam y el Ayuntamiento estuvieran cargados de razones para subir tal como han planteado el precio del autobús, lo habrían hecho sin poner en circulación algo que al final no podrán mantener, a la vista del revuelo y la protesta de vecinos y oposición. Lo que ahora apruebe el Ayuntamiento será lo definitivo, pero habrá quedado fijada la idea nada favorecedora de que, aunque han dado marcha atrás, las intenciones ya se veían?
Los grandes errores son importantes en la consideración negativa de los ciudadanos, pero los pequeños y tontos errores, que suenan a puesta a prueba del aguante de la gente, son más molestos y mosquean lo suficiente como para tener que andarse con cuidado con ellos. Rectificar es de sabios, pero es de mucho más listos evitar tener que rectificar. Y a propósito, que Tussam es una empresa deficitaria está claro. Y también que nadie ha dicho que una empresa pública deba ser rentable, lo rentable en una empresa pública se mide por la calidad del servicio que presta y, por cierto, acaso si el servicio es inmejorable, la empresa pública pueda ser rentable.
