Desde que ha ascendido a la primera plantilla, Diego Perotti acumula ya cuatro partidos oficiales, dos de ellos como titular. Datos que reafirman la confianza que Jiménez tiene en él y su gran progresión. Con 18 años jugaba en el Deportivo Morón, de la tercera argentina, ahora ya está en la élite.
Cuando el Sevilla Atlético logró el ascenso a la Segunda división española en junio de 2007 uno de los primeros nombres contemplados para reforzarlo fue el de Diego Perotti, y no porque fuera un gran conocido, más bien al contrario. El Sevilla lo comenzó a tener en sus informes desde que hizo su tímida aparición con la selección sub 20 argentina. Llamaba la atención que entre futbolistas como Agüero, Gago y Zárate, asentados en la élite pese a su juventud, apareciera un jugador que actuaba en un club modestísimo -Deportivo Morón, Los Gallos- de la Primera División B de Argentina, equivalente a la Segunda B española. Finalmente entre tanta estrella Perotti no fue seleccionado para aquel Mundial juvenil de Canadá 2007, pero la dirección deportiva comenzó a seguirlo y lo subrayó en su agenda.
"Empezamos a verlo en varios partidos internacionales sub 20, ante Chile y ante México, y advertimos que tenía muchas posibilidades y que además militaba en un club modesto, por lo que había opciones de ficharlo", recuerda Víctor Orta, miembro de la dirección deportiva. Y así fue. Con el ascenso del filial el club no esperó y lo fichó por una cantidad que no superó los 400.000 euros. Lo sacó de la tercera categoría argentina, de Morón, para llevarlo a la carretera de Utrera para completar su formación.
A Diego Perotti el amor y las cualidades futbolísticas no le vienen por ciencia infusa. Su padre, el 'Mono' Perotti, fue futbolista de Boca Júniors y jugó junto a Brindisi y Maradona. Revisando la historia y las primeras impresiones de los cronistas y de su entrenador, Toto Lorenzo, parece que la descripción es muy válida para su hijo, hoy futbolista del Sevilla. "Wing izquierdo, encarador, gambeteador y goleador". Pero Hugo Perotti era algo "blandito", como también dijo Lorenzo, y su carrera, entre otras muchas razones por la merma física, se apagó pasados los 25 años.
Diego Perotti tiene ese hándicap ya referido por Jiménez. "Necesita crecer físicamente", dijo el técnico el domingo. Y, claro, casi 30 años después del debut de su padre, el fútbol ha evolucionado y la intención del Sevilla es que el Galgo -ese es su apodo- deje de ser "blandito". "Esta temporada vamos a dejarle con su proceso natural, es joven y tiene aún que crecer. Pero quizás la temporada que viene empecemos con un programa de fortalecimiento físico", aclara Juan Ribas, jefe médico del Sevilla. Es lo único que le falta porque "calidad tiene" y no es su mejor virtud. "Es muy maduro para su edad -explica Orta-, lo mejor es su mentalidad".
