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De niña en España a esposa en Mauritania

La menor de origen mauritano, vecina de Puerto Real, que denunció haber sido violada por su marido recordó ayer en un testimonio estremecedor cómo fue obligada por sus padres a casarse en Mauritania.

el 15 sep 2009 / 23:38 h.

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La menor de origen mauritano, vecina de Puerto Real, que denunció haber sido violada por su marido recordó ayer en un testimonio estremecedor cómo fue obligada por sus padres a casarse en Mauritania. Se vio forzada, según su versión, a mantener relaciones sexuales con él tras las palizas de su madre y las amenazas de muerte de ambos. "Me decía que me iba a lapidar y que la primera piedra la iba a tirar él", señaló entre lágrimas y por videoconferencia la víctima que tiene ahora 16 años.

Hace cuatro, con 12, pasó de los hábitos propios de las niñas de su edad a contraer matrimonio con un hombre de 40 en Mauritania, que entregó una dote de 500 euros. A partir de este enlace se desencadenaron los hechos que están siendo juzgados en la Audiencia Provincial de Cádiz y por los que la Fiscalía pide diez años de prisión para el marido por un delito de violación, 17 años y 10 meses para la madre y 15 años y 10 meses para el padre, a los que acusa de coacciones, amenazas y violencia física y psíquica. Los tres se declararon inocentes de todos los cargos.

Sus padres son mauritanos pero la joven ha nacido en Cádiz y ha residido la mayor parte de su vida con una familia gaditana en Puerto Real, que cuidaba de ella sin tener la custodia legal. En 2005 sus progenitores la llevaron a Mauritania, según explicó, sin que ella supiera que iba a casarse y en contra de su voluntad. "¿Cómo iba a querer -añadió- si tiene treinta años más que yo?" Los hechos posteriores los describió como una pesadilla. La niña aseguró que el acusado "abusó" de ella después de la boda y que fue su madre la que le "encerró" en el cuarto.

Por motivos de salud de la menor volvieron a España. En 2007 su marido recaló en Cádiz en un viaje de trabajo y, según relató la víctima, volvió a violarla. En esta ocasión le contó lo ocurrido a las personas que le acogían en Puerto Real y presentó una denuncia a la Policía.

Muchos mauritanos están acudiendo a este juicio para apoyar a los tres procesados. Un portavoz del matrimonio, Folba Sidi, redujo ayer estos hechos a un "malentendido cultural". Insistió en que la ley de Mauritania permite bodas de menores con adultos y negó que se hubieran producido abusos. "Hay que respetar a cada cultura, como nosotros no podemos juzgar el matrimonio gay que aquí está permitido", señaló.

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