Economía

De paseo mundial en bus rojo

Una década con sus autobuses turísticos rojos por medio mundo. La empresa sevillana City Sightseeing celebra una convención internacional para así celebrar los diez años de existencia de la compañía, que actualmente lleva sus autobuses turísticos a 80 ciudades de todos los continentes. (Foto: El Correo).

el 15 sep 2009 / 05:00 h.

Una década con sus autobuses turísticos rojos por medio mundo. La empresa sevillana City Sightseeing celebra una convención internacional para así celebrar los diez años de existencia de la compañía, que actualmente lleva sus autobuses turísticos a 80 ciudades de todos los continentes.

Según fuentes de la empresa, en la convención, que será inaugurada por el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, participarán casi 40 empresarios de los cinco continentes, "para conmemorar la primera década de la marca de los autobuses rojos de doble planta que nació en la capital hispalense".

Las fuentes precisaron que actualmente City Sightseeing es una de las marcas líderes entre los operadores de city tours o (recorridos turísticos dentro de las ciudades) con autobuses de dos plantas, y en lugares tan dispares como Sevilla, Londres, Sydney, París, Roma, Washington, Málaga, Palma de Mallorca, Granada, Marrakech, Santander, Bruselas, Copenhague, Glasgow, Estambul, Edimburgo, Dublín o Berlín.

A esta convención internacional asisten los operadores de todo el mundo para conocer la ciudad natal de City Sightseeing y para mostrarles los nuevos productos y directrices que marcarán el futuro de la compañía, que preside el empresario sevillano Enrique Ybarra. En su aventura exterior, la firma va de la mano de la compañía de autobuses Alsa, adscrita al grupo británico National Express.

A lo largo de esta década, muchas han sido las anécdotas de la empresa a la hora de implantar sus autobuses en el exterior, pero la más curiosa atañe a la capital de China, Pekín, donde desde 2002 trata de operar. En ese país, múltiples han sido los inconvenientes por la lentitud y las trabas de la Administración china. Así, entre los múltiples obstáculos, destaca el que alegaba que no podían ser autobuses de dos plantas porque la gente se podía suicidarse tirándose desde la superior.

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