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De pulmón verde a secarral

La Asociación de Amigos del Parque Amate denuncia el abandono histórico que sufre el lugar más emblemático del barrio. El Ayuntamiento anuncia una inversión de 700.000 euros que los vecinos creen insuficiente.

el 04 ago 2014 / 10:45 h.

Sevilla 23 07 2014: Estado del parque Amate.FOTO:J.M.PAISANO El vicepresidente de la Asociación de Amigos del Parque Amate, José Salas, señala el estado de abandono de la fuente principal. / J.M. Paisano En la vida diaria de los vecinos del Parque Amate pocas cosas han sido fáciles. No lo fue tampoco la creación de la zona verde que da nombre al barrio. Hace 30 años, este espacio era compartido por los casi 100 camiones de butano que allí estacionaban y un canódromo. El empuje de unos ciudadanos y el respaldo del entonces alcalde Luis Uruñuela permitió que se creara aquí un parque de 33 hectáreas, uno de los más grandes de Sevilla, junto al del Alamillo, Miraflores y el recién estrenado parque de Guadaíra. Hoy sin embargo, los vecinos, arremolinados alrededor de la Asociación de Amigos del Parque Amate, ven con desesperación cómo su pulmón verde se ha tornado en secarral «por la dejadez y la falta de acción de todos los alcaldes que se han sucedido», opina José Salas, uno de los miembros más activos junto a José Verdón, en la denuncia de lo que creen un «agravio comparativo» con otros espacios similares. Ante la insistencia de los vecinos y la movilización en su favor de la oposición (PSOE e IU), el gobierno popular de Zoido reaccionó el pasado junio anunciando que se va a invertir en él 700.000 euros «en actuaciones de mejora» que incluyen «la instalación de un sistema de riego automático y un nuevo sistema de bombeo, además del arreglo de los caminos de albero y la instalación de juegos infantiles para menores con movilidad reducida». Estas actuaciones deben activarse antes de que concluya el año. Sin embargo, José Salas, en nombre de muchos vecinos, no da «a estas alturas», crédito a la promesa: «El alcalde, Juan Ignacio Zoido, fue invitado al 31 aniversario del parque, pero declinó venir; y este parque tiene muchísimos más problemas al margen de los que dicen van a solucionar». La plantilla de operarios cuenta con una decena de trabajadores, tan sólo cuatro en los meses estivales, cuando «en función de la extensión del terreno debería haber al menos 19» y no existen aseos en todo el parque, a excepción de uno, inaccesible a minusválidos y que solo abre durante el horario de apertura del bar. Otra cuestión de compleja solución a la que se enfrenta el recinto es la del vandalismo. «Las verjas que delimitan la zona para los perros las están robando para venderlas después como chatarra», asegura José Salas, quien señala cómo además al estar este terreno en pendiente «se anega cada vez que llueve y carece de bancos para los usuarios», dice mientras señalas una curiosa y espartana construcción hecha por algunos vecinos quienes, mediante palés de madera, han creado algo similar a un taburete. Tampoco están seguras aquí las numerosas aves que viven en el parque, uno de los que gozan de mayor diversidad en este sentido. «Proliferan los ladrones de polluelos, se encaraman a los árboles y se los llevan para venderlos a un euro en los mercadillos ilegales; todavía estamos esperando a que, tras las numerosas llamadas que realizamos, alguna vez se persone aquí alguien», puntualiza José Verdón. De esta manera, petirrojos, gorriones, palomas turcas y mirlos, entre otras especies, ven gravemente amenazado su ecosistema natural. Columpios de adultos destrozados, setos sin podar y palmeras afectadas por la plaga del picudo rojo pueden hallarse en un sólo golpe de vista. «Como puede comprobar cualquiera que venga, este parque precisa con urgencia bastantes más actuaciones de las que dicen ahora que van a realizar», sentencia José Salas. En la partida presupuestaria consignada nada se indica, por ejemplo, de la restauración y puesta en marcha de la monumental fuente ubicada en el corazón del parque. «Cuando la pusieron en marcha era impresionante, caía el agua por todas partes, ahora es un mamotreto abandonado al que nadie le mete mano», comenta mientras la rodea junto a otros miembros de la Asociación de Amigos del Parque con creciente enojo. Hasta la fecha, la intervención más notable del actual Ayuntamiento se realizó en el estanque, espacio que, junto a unas nuevas pistas de petanca, representan el lado más amable de este inmenso jardín. «Hemos hablado de lo que se ve, pero de lo intangible, las actividades, no hay nada que comentar, sencillamente por que estas brillan por su ausencia», recuerdan. «Aquí la gente viene a correr o pasear al perro, pero no puede participar en nada, como sí lo hacen los vecinos de la Buhaira, el Alamillo o María Luisa», dicen mientras recuerdan lo obvio, que aquí «por humildes que seamos, todos pagamos los impuestos y no merecemos ser menos que nadie». Puestos a pensar, Salas reconoce que la única actividad que recuerda son los paseos guiados que lleva a cabo el profesor de Botánica de la Hispalense, Carlos Romero Zarco, «para dar a conocer la riqueza del parque». Pero nada más. «Hace tiempo presentamos un estudio universitario lleno de propuestas para dinamizar el Parque Amate, pero no nos hicieron ni caso», rememora José Verdón. Durante el paseo, distintos usuarios salen al paso para explicitar sus quejas. Ningún dardo tiene contenido político, porque «por aquí todos los que han pasado por el consistorio se han olvidado más o menos de nosotros». Confían en que más pronto que tarde, el panorama cambie, y transitar por el parque no suponga motivo alguno de ansiedad.

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