"Machado rebosa Sevilla". Las palabras son de la conservadora Carmen Molina, que se ha encargado de la selección de los manuscritos del poeta que se exponen desde ayer en la Logia del Ayuntamiento.
Y vienen a la perfección para ilustrar las rutas literarias que dieron comienzo ayer en el marco de la Feria del Libro por la Sevilla machadiana, esa ciudad de la infancia, la del celebérrimo Autorretrato: "Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero".
Y partiendo de ese poema salieron ayer de la Caseta 40 de la Feria del Libro -donde se repetirá la ceremonia, dos veces al día, hasta el próximo domingo- las 25 personas que se aceptan en cada grupo para partir hacia la aventura sevillana de Machado, una suerte de paseo intramuros que recorre los lugares más vinculados a la familia del poeta.
Son en concreto 14 los puntos de la ciudad que marcaron la vida de los hermanos, y el primero, como no podía ser de otra manera, es el Palacio de las Dueñas, donde aún puede contemplarse ese huerto claro.
Allí nació el poeta, en una de las viviendas anexas que el duque de Alba en 1875, Jacobo Luis Fitz-James Stuart, tenía alquiladas a varias familias.
Y de ahí, a la plaza del Museo, las calles Gerona, Laraña y Betis, siguiendo un recorrido que ha permitido conocer a los participantes aspectos como el hecho de que Juan Ramón Jiménez pintase en un taller de la calle Gerona, por donde asiduamente paseaba el autor de Soledades.
O que en la iglesia de San Juan de la Palma, situada en la plaza homónima, recibió el bautismo Antonio en 1875, y donde años más tarde Manuel se casó con Eulalia Cáceres; o la casa de la calle O'Donell, en la que nació Joaquín, el hermano menor, y la que vio a la familia partir de Sevilla.