Acostúmbrense a escuchar este nombre, Andy Webster, jugador escocés que ha podido revolucionar el mundo de los contratos futbolísticos y el fútbol en definitiva. De momento, con su caso, ha sentado un precendente que le puede venir de perlas al Sevilla.
Andy Webster se acogió para marcharse del Hearts escocés -con el que tenía contrato en vigor- al Wigan inglés al artículo 17 de los estatutos de la FIFA. Este hecho, que podría resultaría anecdótico para los sevillistas, sienta un precedente importantísimo que afecta sobremanera al club nervionense y al portero italiano Morgan de Sanctis. El hecho es el siguiente. Tras la denuncia del Hearts ante la FIFA por la marcha de su jugador, el club escocés solicitaba una indemnización de siete millones de euros, pero el organismo presidido por Blatter fijó que el jugador debía pagar a su ex equipo 853.000 euros. Tanto el jugador como el club recurrieron, y finalmente el TAS, Tribunal de Arbitraje Deportivo, ha fijado la indemnización en apenas 200.000 euros. Las cuentas, el jugador paga al club al que deja en la estacada la cantidad correspondiente a la ficha de los años restantes de contrato.
Este caso, extrapolado al caso del Sevilla y al de Morgan de Sanctis, puede traducirse también en cantidades. El portero italiano optó en su momento por acogerse a este artículo 17 de la FIFA, el mismo al que se acogió Wesbter, defendido por cierto por el abogado español Juan de Dios Crespo, autor de esta nueva revolución futbolística. Atendiendo a la jurisprudencia sentada por el TAS, De Sanctis tendría que indemnizar a su ex equipo, el Udinese, con la cantidad correspondiente a los tres años de contrato que le quedaban con el conjunto del norte de Italia (acababa contrato en 2010). Es decir, que el Sevilla tendría que pagar por el internacional italiano entre un millón y 1,5 millones de euros. Una cifra muy inferior a la prevista en principio tras la llegada del guardameta transalpino.
¿Y Juande? En principio, esta jurisprudencia no atañe al caso de Juande Ramos, que dejó un equipo con contrato en vigor para marcharse a otro. La causa es que los parámetros de los contratos de los jugadores no siempre son similares a los de los técnicos. En cualquier caso, es una posibilidad que puede manejar el manchego.
