Morgan de Sanctis ha sido el primero que ha abierto la puerta de salida del Sevilla. Con arresto y decisión se presentó el portero en el club para negociar su marcha al Nápoles, que pagará en principio 1,7 millones de euros por el portero internacional.
Tras la eliminación de Italia de la Copa Confederaciones, Morgan de Sanctis ha realizado una parada en Sevilla antes de regresar a su país. Lo hizo el pasado miércoles, cuando estuvo reunido con los dirigentes sevillistas en el club para resolver su situación. Tras dos horas de reunión, y en permanente contacto telefónico con su representante, Federico Pastorello, y con dirigentes del Nápoles, De Sanctis y el Sevilla alcanzaron un acuerdo para la marcha del portero por una cifra que, según apuntan los medios italianos, es de 1,7 millones de euros.
De momento, ninguna de las partes ha confirmado oficialmente el acuerdo, ya que falta rubricar las firmas del traspaso, pero el mismo guardameta ya ha confirmado su salida. "Estoy contento porque todo se ha solucionado. Tengo decidido desde hace tres semanas que iría al Nápoles, pero soy serio y agradecido y he querido venir a Sevilla para hablar con ellos y transmitirle mi situación y mis deseos", ha explicado De Sanctis, que asimismo ha aclarado que ha rechazado en las últimas semanas una oferta del Genoa.
Morgan de Sanctis llegó al Sevilla en el verano de 2007 acogiéndose al artículo 17 del estatuto de la FIFA para marcharse del Udinese. En cualquier caso, el club nervionense deberá hacerse cargo de una indemnización a su club de origen por su marcha. El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) aún no ha fijado cantidad al respecto, pero el gabinete jurídico de la entidad estima que no pasará de los dos millones de euros, a lo sumo. Una cantidad que el Sevilla espera haber recuperado entre el montante de la cesión al Galatasaray de la temporada recién acabada y el traspaso del jugador al Nápoles.
De Sanctis es el primero de los futbolistas que no cuentan para Manolo Jiménez que encuentra acomodo -si se consuman la firma de los documentos-, aunque era uno de los que tenía más cartel. Más difícil será buscarle destino tanto a Chevantón como a Maresca.
