Cultura

De Utrera al cielo y del cielo a la gloria

Este sentido homenaje, estrenado el sábado, podrá verse por la provincia

el 13 mar 2011 / 20:28 h.

La Macanita se subió al escenario para participar en este espectáculo, que pretende girar por varias localidades.

Los aficionados de Utrera y de localidades cercanas a la tierra de los Hermanos Quintero que llenaron el Teatro Enrique de la Cuadra, salieron botando a compás con el estreno de un espectáculo que el pasado sábado rindió honores a las más célebres del cante de la tierra, Fernanda y Bernarda, las eternas Niñas de la calle Nueva. Todos coincidían en que había sido "algo diferente", acostumbrados al Potaje Gitano, que es otra historia. De Utrera al cielo, espectáculo que podrá verse en otros pueblos sevillanos -debería ser así-, es una obra de un formato escénico sencillo, con un simpático narrador, Danideutrera, quien ofreció toda una conferencia de una manera original y, sobre todo, amena y divertida.


Este narrador iba desglosando con datos precisos y opiniones certeras la trayectoria de las hermanas de Utrera, poniéndoles el toro en suerte a los encargados de interpretar sus cantes. Se trataba de eso, de dar a conocer el repertorio de las artistas universales, por parte de nuevos intérpretes del cante de la tierra y con la colaboración de José Valencia y Tomasa la Macanita, que pusieron profesionalidad y mucho arte, sin restarle méritos a los locales Mari Peña, de una naturalidad impresionante; a su hermano, Jesús de la Frasquita, con un sabor añejo extraordinario; a Inés de Utrera, una gran artista que no ha tenido mucha suerte, para la majestad que tiene sobre las tablas; y a su hermano Luis.


Entre todos se encargaron en poco tiempo de que el espíritu de las hermanas gitanas se metiera en el teatro, después del preámbulo de unas imágenes de las artistas que nos prepararon el cuerpo para disfrutar de un flamenco sin maquillaje, puro, sincero, de un gran valor en unos tiempos en los que no abunda la verdad jonda. José Valencia es una de las escasas verdades de estos días, en lo que concierne al cante puro gitano, como demostró en las clásicas cantiñas de Popá Pinini. De unas facultades portentosas, su compás y su metal gitanos hicieron vibrar al público en todo lo que hizo, con la sabrosa guitarra de Pitin Hijo, director de la obra, la justa percusión del lebrijano Tete Peña y las palmas de Jesús de la Buena, Gaspar de Cuchara y Luis Suárez, quien también cantó.
Ante tanta identidad utrerana La Macanita no tuvo más remedio que poner su garganta jerezana de bronce viejo al servicio de la obra, evocando a Fernanda por soleá con una gran emoción y cantando y bailando por bulerías como muy pocas son capaces de hacerlo en nuestros días.


Naturalmente, la obra no fue perfecta y tiempo tendrán de pulirla, de iluminarla un poquito más y de organizar algo mejor las entradas y salidas del escenario. Salvo estas puntualizaciones, el espectáculo está muy bien y cumplió su objetivo, que era el de rescatar el legado musical de dos artistas gitanas que sin irse nunca de Utrera supieron llevar por el mundo lo que aprendieron en su propia casa, de su familia, de los flamencos de su pueblo. Si serían gitanas estas hermanas, que una vez que fueron a Nueva York y se subieron a uno de sus muchos rascacielos, preguntaron que por dónde caía Utrera. Verdaderamente geniales.

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