Decenas de miles de personas se manifestaron el domingo en casi todas las ciudades de España convocados por el Movimiento 15M en contra del pacto por el euro y por la democratización de la política.
De forma pacífica los indignados aglutinaron de nuevo a una multitud de descontentos por la crisis y por la ausencia de perspectivas laborales o sociales. El motivo esta vez fue oponerse al pacto del Euro, al considerar los indignados que impondrá una agenda de recortes sociales a los gobiernos de la UE.
Dos manifestaciones fueron especialmente significativas: la de Madrid, ya que la acampada de la Puerta del Sol ha simbolizado ante el mundo las reivindicaciones de cambio, y a cuyo término se reclamó una nueva huelga general, y la de Barcelona, un test sobre la capacidad del 15M de contener a los provocadores que protagonizaron incidentes violentos esta misma semana ante el Parlament de Cataluña. Y la protesta allí fue ayer pacífica y multitudinaria. Hasta 75.000 indignados, según datos del Ayuntamiento de Barcelona, y 260.000, según los organizadores, protagonizaron la manifestación el centro de Barcelona bajo el lema "La calle es nuestra, no pagaremos la crisis" para reivindicar un nuevo modelo político, económico y social.
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La protesta, que comenzó en la plaza de Catalunya, culminó en Pla de Palau y no frente al Parc de la Ciutadella, donde este miércoles se produjeron los incidentes violentos. De forma lúdica y festiva con timbales y cánticos, los concentrados portaron pancartas y corearon lemas contra la clase política y el capitalismo como "No nos representan", entre otras.
Uno de los cánticos más repetidos fue el que pedía la dimisión del conseller de Interior, Felip Puig, responsable de la policía autonómica, y, en menor medida, la del presidente de la Generalitat, Artur Mas. La marcha, secundada por numerosos jóvenes, pero también personas de todas las edades, incluso ancianos y bebés, sólo vivió momentos de tensión cuando un pequeño grupo de disidentes increpó a dos mossos d'esquadra vestidos de paisano.
Pero los organizadores de la manifestación, ataviados con chalecos antirreflectantes, redujeron al pequeño grupo, que no llegaba a la decena, al grito de "No a la violencia", y escoltaron a los agentes hasta los furgones de la policía catalana.
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La organización había hecho un llamamiento desde las redes sociales a "sumarse a la revolución pacífica" y había previsto que si alguien se pusiera violento, "la consigna es sentarse en el suelo y levantar las manos".
Los mossos d'esquadra movilizaron por su parte un fuerte dispositivo antidisturbios, que esperó la marcha a las puertas del parque de la Ciutadella.
El otro punto neurálgico del 15M fue Madrid. Allí, la plaza de Neptuno , muy cerca del Congreso, recibió al grito de "No nos representan" a los miles de indignados que marcharon en seis columnas que habían partido desde diversos barrios y localidades cercanas a la capital.
Se concentró una amplia mezcla de gente de todas las edades que no paró de tuitear ni fotografiar los momentos más destacados, y en un ambiente festivo y totalmente pacífico, informa la agencia Europa Press.
Las vallas y las medidas de seguridad que rodeaban el Congreso de los Diputados fueron el único obstáculo que encontraron los indignados, si bien los organizadores decidieron formar una hilera de seguridad delante del dispositivo policial desplegado ante los manifestantes, que fuentes citadas por elpaís.com sitúan en más de 40.000.
El fuerte calor no detuvo a los manifestantes. Bajo gritos dirigidos a banqueros y a políticos, los indignados avanzaron. "Lo llaman democracia y no lo es" o "banquero el que no bote" fueron las consignas más coreadas.
A las 13.15 horas ya inundaban la plaza de Cibeles. A las seis marchas de asambleas vecinales les esperó una columna central, y todas confluyeron a las 14.00 horas en la plaza de Neptuno. Una vez allí la organización de la marcha 19J contra el pacto del Euro propuso que "las asambleas de trabajadores de barrios y pueblos de Madrid comiencen a trabajar para preparar una huelga general" que permita "cambiar esta sociedad".
En el mensaje enviado a los indignados la organización mostró su rechazo "al recorte de salarios y de las pensiones". También se mostraron contrarios a la privatización de la educación y la sanidad. Tras el comunicado, las miles de personas que empezaron a abandonar la zona, citados para una asamblea en la puerta del Sol que comenzó a las 20.00 horas. En otras ciudades, como Tarragona, Lleida y Girona se sucedieron manifestaciones. Miles de indignados recorrieron también Zaragoza, Valencia, Málaga, Valladolid o Sevilla.
