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Decir Arco es hablar de la Macarena

El 'senado del pueblo romano' toma aquí sus tapas y sus cañas a los precios más asequibles.

el 10 ene 2013 / 21:44 h.

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El sabor más tradicional tiene aires macarenos en Bar Arco.

Ha querido el destino que, tras comenzar el año en el corazón de Triana, recalemos después de Reyes en la Macarena, junto al Arco, a la sombra de la Basílica de la Virgen que cada Madrugada de Sevilla llena las calles de reflejos verde esmeralda. Todas son la misma Virgen María, pero cada rostro tallado a golpe de amor por la gubia del imaginero despierta una piedad diferente y, cierto es, que la Esperanza de San Gil mueve multitudes. Frente al azulejo que reproduce Su imagen en la tapia de la iglesia se enclava esta coqueta bodeguita que, con gracia y dinamismo, lleva ese costalero del Sentencia que responde por Isra. Las trazas del local son de abacería, con bonitos muebles de madera pintados en gris marino, con su alacenita cerrada con tela de gallinero donde se guardan las joyas de Jabugo. Barra larga, en la pared de enfrente un mundo cofrade en fotos con historia: dos armaos caminan junto a la muralla, sus plumas blancas acentúan como tildes de lujo los ropajes de la Nueva Roma, Sevilla de San Luis y de Feria, rostros enjutos. También hay fotos rocieras, que de San Gil también parten en mayo las carretas hacía las Marismas. Gusto en las lámparas del techo, en las macetas que alegran la puerta y la ventana que abre la barra a la calle. Y sus gentes, que aquí hay movimiento todo el año, más desde la igualá de costaleros, vísperas de gozo esperando el día más grande.

Aunque el lugar es angosto, la nómina de tapas es amplia. Y para abrir el tema unos chicharrones de categoría, del mercado de la calle Feria, grandes, carnosos, con ese regusto de manteca colorá que pide tinto, y los hay de los buenos, Beronia, Protos, Cune, Finca Resalso, Yllera. Tampoco está mal la nómina de blancos, Cuatro Rayas Verdejo, Blanc Pescador, Barbadillo. Y que no falten los generosos andaluces, con Tío Pepe como bandera. Buenas copas para el servicio. Más tapas frías, ensaladilla, huevos rellenos, jamón y chacinas, laterío del bueno y unos suculentos panes con boquerones en vinagre con sabio toque de salsa de tomate, suculento bocado. Una tinaja de barro guarda las aceitunas aliñadas.

Llama la atención el tortillón de patatas, jugoso. Se ve la mano casera de mamá Concha, que también pone su mano tradicional en una muy rica caldereta que, sobre una cama de b, pone un toque gustoso con especias y ternura. Pero hay más guisos, sangre encebollada, carne con tomate, higaditos guisados.

Para acompañar hay buen pan de barra, se van los canastillos sin sentir, mojando en las salsas, acompañando las chacinas.

Israel aguanta el tirón de la crisis con la caña de Cruzcampo a 1 euro, fría y bien tirada, porque esa es otra virtud del Arco, aquí podemos pasar un buen rato, picando buenas tapas, sin que la cuenta se desmadre más de la cuenta, lo que es muy de agradecer con los tiempos que corren.

Para rematar no faltan espirituosos al gusto, pero, si quieren que les diga una cosa, tómense como digestivo un pedazo de aguardiente de Huelva, aquí tienen La Hormiga, que no es manco, magnífico anís que se hace junto a la Estación de Almonaster la Real.

Así es Sevilla, un día nos tomamos unas delicias de solomillo en la calle Pureza y disfrutamos de Triana y otro nos pegamos un homenaje de buenas tapas en casa del vecino de la Madre de Dios, junto al Arco de la Macarena. Y el cielo de ese celeste único.

La ficha

  • Propietario: Israel Espárrago.
  • Dirección: C/ San Luis, 138. 41003 SEVILLA.
  • Horario: De 9 a 16 y de 18 horas a cierre. Si hace falta no se cierra.
  • Caña Cruzcampo: 1 euro.
  • Tapa: 2 y 2,50 euros. 

 

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