Conmoción y dolor en el municipio de Montellano tras la muerte de dos menores que perdieron la vida en un accidente de tráfico ocurrido la tarde de este sábado cuando los ciclomotores que conducían chocaron frontalmente por causas que todavía están siendo investigadas. El Ayuntamiento de Montellano decidió decretar tres días de luto oficial en memoria de los dos adolescentes, cuya trágica muerte sumió de dolor este pueblo de la Sierra Sur que apenas supera los 7.000 habitantes y donde muchos se enteraron ayer por la mañana de lo ocurrido en el camino rural conocido como Carril de Pinto.
Ezequiel Pérez Noguedol, de 17 años, y Manuel García Guerrero, de 14, perdieron la vida al colisionar entre sí los vehículos que conducían, de 45 y 125 centímetros cúbicos respectivamente, en un camino rural que está asfaltado y en el que la Guardia Civil, encargada de la investigación para esclarecer las causas del accidente de tráfico, se afanaba en recoger todas las pruebas para intentar averiguar cómo terminaron de esta manera en un siniestro que se produjo al filo de las 17.30 horas, tal y como informó ayer este periódico.
Entre tanto, el funeral por las víctimas tuvo lugar ayer por la tarde en la parroquia de San José, que se quedó pequeña para acoger a todas las personas, entre ellos muchos jóvenes que eran amigos de los fallecidos, que quisieron darles el último adiós, después de que le fuera practicada la autopsia a los cadáveres.
El alcalde, Francisco Gil (PSOE), declaró a la agencia Europa Press que los vecinos se encuentran "consternados por la tragedia al tratarse de dos jóvenes que empezaban a vivir". El mayor de ellos trabajaba en un taller de carpintería metálica y era el más joven de tres hermanos. Mientras, el otro cursaba estudios en el instituto del municipio y era hijo único, según precisó. Los dos vivían en Montellano.
Entre tanto, la Guardia Civil no quiso facilitar más datos sobre las circunstancias que rodearon a este suceso mientras no se complete la investigación, sobre todo en cuestiones relacionadas con las condiciones en las que se encontraban conduciendo, como si en ese momento llevaban el casco de protección, extremo que no trascendió.
