El helicóptero accidentado el viernes en Haití, en el que murieron cuatro militares españoles, estaba en "perfecto" estado de mantenimiento y había pasado todas las revisiones requeridas, según confirmó el comandante del Mando de Operaciones, teniente general Jaime Domínguez Buj.
Los dos aparatos que realizaban la misión, explicó el teniente general en una rueda de prensa en la sede del Estado Mayor de la Defensa -un Augusta Bell 212 y un Sikorsky- son los que siempre utiliza la Armada y los que estaban asignados al buque Castilla, al que pertenecían los militares muertos. Por tanto, siguen sin conocerse las causas del accidente, que se produjo en una zona montañosa de Haití cerca de la frontera con la República Dominicana y en condiciones meteorológicas de visibilidad "reducida", detalló Jaime Domínguez.
Un equipo técnico militar viaja al país caribeño con la ministra de Defensa, Carme Chacón, y el JEMAD, general José Julio Rodríguez, para investigar qué pudo provocar el siniestro. Además, la ruta que siguieron los dos helicópteros, según Domínguez Buj, era habitual para ellos. Habían salido de Cabo Rojo, en la República Dominicana, donde habían recogido el material logístico enviado desde España para trasladarlo al Castilla.
Cuando se encontraban al sureste de Haití -continuó el teniente general- el helicóptero líder de la formación avisó al mando del buque de que había entrado en una zona de escasa visibilidad y había perdido el contacto con el helicóptero acompañante. Entonces se activó el dispositivo de búsqueda, que incluía a este aparato líder, apoyado por otro que se había incorporado desde el barco, aunque, después, una vez agotado el plazo de vuelo estipulado, fueron relevados por dos helicópteros estadounidenses. Éstos fueron los que localizaron el helicóptero y comprobaron que los cuatro ocupantes habían fallecido.
Así, Domínguez quiso resaltar que los militares murieron en acto de servicio y atendiendo a las personas más necesitadas en un país "devastado" por el terremoto que asoló Haití el pasado 12 de enero, donde dejó más de 225.000 muertos.
En el accidente, según Defensa, fallecieron Luis Fernando Torija Sagospe, comandante del Cuerpo de Intendencia, de 44 años, natural de Madrid, casado y con dos hijos; Francisco Forne Calderón, teniente de Infantería de Marina, de 37 años, natural de Barcelona, casado y con tres hijos; Manuel Dormido Garrosa, alférez de navío, de 35 años, natural de Valencia, casado y con un hijo, y Eusebio Villatoro Costa, cabo mayor de Infantería de Marina, de 41 años, natural de La Línea de la Concepción, casado y sin hijos. Esta localidad gaditana decretó ayer luto oficial y su alcalde, Alejandro Sánchez, visitó a la familia del fallecido para darle el pésame.
Ayer, el Ejército español reanudó los trabajos para recuperar a dos de los militares, tras rescatar la víspera los cadáveres de los otros dos fallecidos. El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró que "serán repatriados a la mayor velocidad posible", una vez identificados.
