Eso explica que la gran mayoría de los 97 socios que tienen allí sus animales -hay 350 cabezas de ganado vacuno y 120 de caballar- sean incapaces de distinguir cuáles son los suyos, aunque muchos lleguen cada domingo para vigilar su estado, si han nacido nuevos y para que se les oiga comentar "éste ternero es de tal o cual toro", según cuenta el vaquero. Eso sí, nunca ha habido un litigio por decir esta vaca es mía o tuya.
Del cuidado se encargan dos hombres del pueblo, que encierran el ganado, separan los terneros, les dan de comer cuando, como ahora, no haya pastos, y hacen las labores propias del campo en un trabajo muy duro que ocupa los 365 días del año y "que te tiene que gustar", según este vaquero.
La vida del ganado es tan placentera que "la carne de los terneros de Banco está muy cotizada", según el presidente de la asociación. De hecho, antes había vaca retinta, "pero en los años 50 y 60 se comenzó a mezclar con charolesa y limusin, que es la que mejor se adaptó al terreno, y además da más carne". De ahí que hoy casi todo sea limusin, según apostilla. La mejora de la especie hay que agradecerla a la compra de ejemplares en Mérida y en la feria de ganado de Zafra.
El origen de este campo comunal se remonta a la transhumancia, en los siglos XV y XVI, cuando el ganado se movía de norte a sur por el Corredor de la Plata. "En 1890, los ganaderos que pastaban en este lugar le propusieron al Ayuntamiento de Aznalcázar comprar la finca -"muchos creen que fue una donación"- de 850 hectáreas por 720 pesetas y se creó la asociación y los estatutos", cuenta el presidente. En este texto se plasmaron algunas de las singularidades que casi 120 años después todavía se mantienen: "Los estatutos son muy peculiares y dicen que toda persona que esté censada en Aznalcázar tiene derecho a tener hasta 20 cabezas de ganado en la finca, y tiene la misma capacidad de decisión el que tenga una que el que tenga 20 por ejemplo".
Con el discurrir de los años algunas cosas cambiaron y fue en los años 60, "con el Plan Almonte-Marisma, cuando expropiaron 400 hectáreas". Y es que la dehesa se encuentra en plena marisma, a un paso de Doñana, de ahí que no sea de extrañar que la propia Hermandad del Rocío de Triana haya pernoctado o sesteado en una de sus fincas, la de Manchasuhillo, donde pasan las vacas el invierno y que sirve de paridera "porque se esconden y guarecen a sus crías entre las encinas, y hasta que pasan unos días no se las enseñan al resto del ganado".
En cuanto al futuro de este sistema de cría, la asociación trabaja arduamente para modernizar sus estructuras. El presidente de la asociación desde 2007 -hay elecciones cada año- afirma que están haciendo las gestiones para crear una cooperativa. "Porque la asociación ha estado funcionando sin estar inscrita y así no se pueden coger subvenciones ni pedir dinero a un banco", argumenta.
Parece lógico, pero supone que "tenga que cambiar la mentalidad de gente que ha estado trabajando siempre de esta forma y no es que haya funcionado mal", subraya, al tiempo que reconoce que adaptar los estatutos a la cooperativa va a ser difícil. El esfuerzo habrá valido la pena si supone que van a legar a sus hijos una tradición que viene de sus padres. De ahí que trabajen, junto al equipo de gobierno que preside Dolores Escalona (PSOE), para crear una denominación de origen de producción ecológica: Carne de Doñana.