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Del Neguri gaditano

El director general adjunto de Unicaja: el hombre de la memoria fotográfica y los análisis infalibles.

el 09 oct 2010 / 20:57 h.

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Con cierto asombro, José Luis Berrendero Bermúdez de Castro (Cádiz, 1958) ojea las más de dos mil felicitaciones que ha recibido por su reciente nombramiento como director general adjunto de Unicaja. Su ascenso le ha posibilitado así una buena ocasión para conocer cuántos amigos tiene y cómo los más próximos a él se alegran sinceramente por un avance más en su ya larga carrera profesional. Pero en absoluto debe sorprendernos ese dato. Ejecutivo con fama de duro, le caracteriza su profundo concepto de la amistad, principio que lleva siempre aparejado al de la lealtad a los suyos. Esto último explica a la perfección su trayectoria en dicha entidad, resultante de la fusión en 1990 de las Cajas de Ahorros de Ronda, Antequera, Málaga, Almería y Cádiz cuya oficina principal dirigía en la céntrica plaza de San Agustín cuando se inició, no sin sobresaltos y sorpresas, dicho proceso de integración.

Lealtad a sus amigos, a sus más directos colaboradores y a un proyecto como el que representa la primera caja andaluza a la que se ligó desde sus inicios siguiendo la estela de su presidente y principal impulsor, Braulio Medel. Dotado de una extraordinaria inteligencia, goza de una innata capacidad analítica, la suficiente como para diseñar tanto grandes como pequeñas operaciones financieras, fruto todo ello de un gran cúmulo de información y datos que atesora gracias a su sorprendente capacidad de lectura tanto de trabajos especializados como de prensa en general, revistas y cualquier otro documento que caiga en sus manos.

Porque ha de saberse que Berrendero es uno de los hombres mejor informados de todo aquello que sea relevante y de interés, y no sólo de asuntos estrictamente relacionados con las finanzas y la economía en general. Sigue la actualidad política con mucha atención pero, también, todo lo relacionado con sus actividades preferidas en el ámbito del deporte como sucede con el baloncesto o el ciclismo, disciplina ésta que práctica cada fin de semana y que resulta ser una reminiscencia de su tío segundo Julián Berrendero, quien fuera ganador por dos veces de la Vuelta Ciclista a España en tiempos de la República.

En fin, una ingente cantidad de material y conocimientos que utiliza y pone en valor a la hora de determinar unos análisis y prospectivas cargados siempre de realismo y acierto sin prescindir, si se tercia, de aquellos aspectos negativos que se requieran por muy duros que sean. No es intuición, es puro rigor el que emplea a la hora de afrontar negocios, enjuiciar el panorama actual o vaticinar el porvenir más cercano. La crudeza con la que realiza algunos de estos planteamientos sorprende al menos avisado, pero no a los que saben de sus cualidades, ya que muchas de sus reflexiones, que traza de forma rápida y contundente, con el paso del tiempo, se ven confirmadas. Sí, apabulla con sus conocimientos, con su memoria fotográfica, pero más aún con su generosidad y su gran corazón.

Pero nada de lo que se pueda decir de este financiero de éxito se puede entender sin conocer sus orígenes, de dónde viene, unas referencias vitales que tiene siempre muy presentes. Nacido en el gaditano barrio de La Viña, el entorno humilde en el que creció forja la personalidad de un hombre que veía en su padre el nítido reflejo del camino a seguir, que no es otro que el que marca el sacrificio diario en su trabajo, ya en la etapa final de su vida, como conductor de un camión de pescado en continuo trasiego a Madrid y otros puntos del país. Si existe un Neguri en su vida tiene ese paisaje: el de una familia trabajadora forjada en los valores del esfuerzo y la honradez. La dureza de esta labor, las experiencias y las enseñanzas que le transmitió están muy vivas en su mente así como el ejercicio de coherencia, inteligencia, honestidad, constancia y profesionalidad que representa su madre, Marina Bermúdez de Castro, reconocida profesora, ya jubilada, que ha tutelado con mimo y también con rigor, la educación de sus dos hijos, José Luis y Belén.

Con este bagaje, afronta ahora uno de los retos más importantes: consolidar en la parte que le toca el crecimiento de la llamada primera entidad financiera de Andalucía siguiendo los pasos de su jefe, Braulio Medel, y bajo la dirección general de Manuel Azuaga. Todo ello, después de dejar tras de sí la caja tiempos difíciles con los ya conocidos intentos fallidos de fusiones. Sea lo que fuere, Unicaja sitúa en su puente de mando a uno de sus mejores efectivos. Seguro que su trabajo y su alto sentido de la responsabilidad recompensan con creces la confianza que en él depositan.

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