El presidente del Sevilla, José María del Nido, valoró en una amplia entrevista concedida a la revista especializada Don Balón su etapa en la presidencia del consejo y sus balances en el plano económico desde que asumió el control de la entidad de Nervión.
Con su peculiar y característico estilo, el máximo dirigente opinó sobre la evolución experimentada en los últimos años y anticipó cuáles serán las líneas básicas de los próximos ejercicios, en los que el reto será reducir las diferencias con el bicéfalo gobierno de Real Madrid y FC Barcelona sin multiplicar la partida de inversiones.
Interrogado sobre las diferencias entre el actual Sevilla y el que heredó en mayo de 2002, con 40 millones de deuda y una crispación social evidente, el abogado fue tajante.
"En ocho años de gestión se ha conseguido darle la vuelta al Sevilla como si de un calcetín se tratara", se congratuló. Primero marcó las pautas del tema deportivo, en el que, a su juicio, el avance ha sido sobresaliente. "Haber disputado siete finales y haber ganado seis era algo a lo que no podíamos aspirar y hoy es una realidad", recalcó.
"Se pasó de -42 de fondos propios de la temporada 2001-2002 a más 50 de fondos propios a finales de la temporada 2009-2010", insistió. Y, después, su balance en materia deportiva, aderezado por los títulos y la confianza depositada por la afición. "Somos uno de los equipos grandes de España y uno de los grandes de Europa", indicó.
"Afortunadamente, dentro del ránking continental estamos entre los ocho primeros clubs por trayectoria en los últimos 5 años", expuso.
Y después de elogiar a Cruyff, Arza y Dani Alves, al que considera "uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol", Del Nido se refirió a su deteriorada relación con un sector de la prensa madrileña.
"Mi pecado para caer mal es mi sevillismo visceral", explicó. Especialmente feliz por la trayectoria del Sevilla en su mandato, el letrado considera que el éxito de su gobierno "es la osadía". "Sin esa osadía no existiría", puntualizó.
Lucha diaria
Declarado incansable luchador, Del Nido confiesa que "en casa no se habla de los éxitos que tengo, porque dedico 25 horas del día a mi trabajo y al Sevilla". "En determinados momentos el cargo obliga por una política de imagen a decir cosas que uno no piensa, pero con ambición y osadía se ha logrado pelear con los grandes", finalizó.
