Ni se veía una salida ni se veían soluciones. Con estas palabras resume José María del Nido los motivos que han llevado al club a destituir a Manolo Jiménez. El presidente reconoce que el momento actual es, "quizá, el más delicado" de su mandato y por ello solicita el apoyo de la afición para lograr los objetivos marcados: la clasificación para la Liga de Campeones y el título de Copa. Del Nido asegura que no se ha hablado con ningún entrenador con vistas a la próxima temporada y deja abierta la puerta a la continuidad de Antonio Álvarez si hace bien las cosas... y en el club se considera que es lo mejor.
"Entendíamos que el equipo había entrado en barrena y no se veían la salida ni las soluciones para sacarlo del atolladero de juego y resultados, todo eso reconociendo que Jiménez ha hecho un magnífico trabajo. Intentamos buscar una solución externa, pero no la cogimos porque Luis quería un contrato más seguro y el Sevilla no quería hipotecar su futuro. La siguiente medida fue coger a un entrenador de la casa que tiene una oportunidad de hacerse un hueco en la élite del fútbol nacional. Creemos en su forma de trabajar y en que va a lograr resultados positivos", explica.
LA DESPEDIDA DE JIMÉNEZ. También habla de su relación con Jiménez, calificándola de "magnífica", y explica su ausencia en la última comparecencia pública del arahalense. "No estuve en su despedida porque no me lo pidió y porque nunca he estado en una rueda de prensa de ese tipo", defiende respecto a esa ausencia en la despedida no ya de un técnico sino de todo un nombre propio en la historia del club.
En su análisis del momento actual, Del Nido admite que "las sensaciones son malas y los resultados, también". "Cuando te acompaña una amalgama de resultados negativos y el equipo no da la sensación de poder salir de esa crisis de juego y resultados, el diagnóstico tiene que ser malo. Los técnicos que se han hecho cargo del plantel son conscientes de las dificultades, pero hay que tener en cuenta que este plantel ha dado mucha gloria al Sevilla y ahora, cuando más lo necesita, es cuando hay que sacar fuerzas de flaqueza en la afición", sostiene.
MÁXIMA PREOCUPACIÓN. Según dice, la preocupación es "máxima". "Cada vez queda menos tiempo y el equipo está en un atolladero difícil, pero tengo que confiar en mis jugadores. Muchos de ellos van a estar en el Mundial. Tengo que creer en ellos porque son los artífices de este tinglao y los primeros que tienen que sacarnos de él", apunta Del Nido, que apela al nivel de la plantilla, donde "sólo hay veinte internacionales, con lo cual yo creo que debe ser bueno".
"Si no, cojan las crónicas que se escribieron en julio y agosto para ver qué valoración tenía, sin perjuicio de que ahora no esté dando el rendimiento esperado", señala, indicando que físicamente lo ve "como en años anteriores".
SOÑAR HASTA EL FINAL. El presidente también se ha referido a la posibilidad de no clasificarse para la Liga de Campeones. "Si el Sevilla no se mete, ocurriría lo que generalmente ha ocurrido en toda su historia: que no estará en Liga de Campeones. Si se da ese caso, se remodelaría el presupuesto, pero nos vamos a meter", dice.
EL FUTURO DEL BANQUILLO. En relación a los objetivos y al futuro de Antonio Álvarez, afirma qu para que éste siga, "primero se lo tiene que ganar y, segundo, que las dos partes entendamos que debe ser así". Mientras se despeja la incógnita, insiste en pedir unión: "El problema es de todos y me pongo el primero al frente para no escurrir el bulto. Entre todos tenemos que buscar la solución. Ahora es el momento de la afición. Debemos ir todos a una".