Delta Airlines, resultante de la fusión entre Delta y Northwest, será la "principal aerolínea" del mundo -ahora es American Airlines- si prospera la fusión anunciada ayer, que les permitirá ganar competitividad y afrontar el encarecimiento del combustible, al tiempo que puede impulsar operaciones similares entre otras grandes aerolíneas, según el consejero delegado de Delta, Richard Anderson.
Las conversaciones para la unión de ambas firmas comenzaron en diciembre del año pasado aunque ha sido ahora cuando han dado pasos en firme a la espera de conseguir luz verde por parte de las autoridades estadounidenses. De hecho, esta fusión coincide con la entrada en vigor del acuerdo de cielos abiertos entre la Unión Europea y EEUU.
El presidente de Northwest, Douglas M. Steenland, sentenció que el objetivo del acuerdo es "tener la mayor compañía de este país". Algo que no será muy difícil de conseguir, pues la nueva empresa, que operará con el nombre de Delta y contará con una flota de 800 aviones y 75.000 empleados, integrará las redes de rutas de ambas compañías para ofrecer a los clientes un mayor número de opciones (con 390 destinos, más que cualquier otra aerolínea), tarifas competitivas y servicios de máxima calidad.
En números, la unión de Delta y Northwest se hará efectiva mediante la transacción de todas sus acciones valoradas en 17.700 millones de dólares (11.172 millones de euros). La fusión creará "la principal aerolínea del mundo" que alcanzará una facturación anual cercana a 35.000 millones de dólares.
El acuerdo contempla que los accionistas de Northwest recibirán 1,25 acciones de Delta por cada acción Northwest. Los accionistas de ésta última, recibirán 13,10 dólares (8,27 euros) por cada uno de sus títulos de Delta. Esta paridad se basa en el precio al cierre bursátil del pasado lunes de 11,22 dólares por acción, lo que representa una prima del 17% sobre la cotización final de la aerolínea resultante.
Tras el anuncio, ambas aerolíneas cayeron en su cotización en la Bolsa de Nueva York.
