La Unión de Oficiales de la Guardia Civil (UO) presentará hoy en los juzgados de Plaza de Castilla el escrito de denuncia contra el director general de la Policía y del Instituto Armado, Francisco Javier Velázquez, por las "amenazas" previas a la manifestación celebrada el sábado en Madrid para reclamar mejoras laborales.
Francisco Javier Velázquez había firmado un comunicado en el que advertía que los agentes que participaran en actos sindicales incurrirían en una falta muy grave, que podría ser sancionada incluso con la expulsión del Cuerpo.
La asociación de oficiales del cuerpo armado solicitará hoy la imputación de Velázquez al entender que es presuntamente autor de un delito de amenazas y coacciones al ejercicio de un derecho fundamental de manifestación.
La UO explica que entiende que Velázquez es el responsable de los hechos denunciados por ser el "firmante del escrito en el que ordena la prohibición de asistir" a la protesta del sábado. No obstante, advierte de que ampliará la solicitud de imputación penal en el que caso de que obtenga nuevos documentos o testimonios, con el "convencimiento moral de que las coacciones realizadas han sido impulsadas y diseñadas desde más altos responsables de Interior".
La asociación incorpora a la imputación otras pruebas documentales como escritos oficiales, declaraciones vertidas por responsables del Ministerio del Interior, comunicados de prensa de asociaciones y sindicatos, así como informes de la asesoría jurídica de la UO.
La UO explica que, ante la "previsión de que la Fiscalía no quiera apoyar en los tribunales un procesamiento penal", sus servicios jurídicos se plantearían preparar otra demanda ante la jurisdicción contencioso-administrativa, con carácter preferente y sumario, para que "anule" la que consideran "una ignominiosa circular de coacciones preventivas que se hizo llegar a todos los guardias civiles".
Además, estudiarán si recurrir también al Tribunal Constitucional y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, si en las primeras instancias no se reconoce "la gravedad de la consumada licitación de derechos".
Miles de manifestantes . Y es que, las amenazas de posibles sanciones, entre las que se incluía la expulsión, no amedrentaron el sábado a los miles de policías y guardias civiles que se manifestaron por las calles de Madrid para reivindicar mejoras laborales y salariales. Bajo el lema "Por la dignidad económica y profesional" guardias civiles -los apercibidos- policías nacionales marcharon en un ambiente festivo y sin incidentes por las calles de Madrid.
La movilización recorrió la calle de Miguel Ángel y el Paseo de la Castellana, pasando a escasos metros de la sede del Ministerio del Interior, y concluyó ocupando la práctica totalidad de la Plaza de Colón, donde se leyó el manifiesto. Según los convocantes acudieron unas 25.000 personas, mientras que las estimaciones del Ministerio del Interior eran de 7.000 asistentes, entre agentes y familiares.
Encabezaban la marcha portando la pancarta los principales dirigentes de los sindicatos de la Policía a los que se unieron representantes sindicales de las policías autonómicas y también de algunas asociaciones de guardias civiles, desoyendo las advertencias lanzadas en los últimos días desde la cúpula de Interior.
"Las presiones del Gobierno para que no nos manifestemos sólo nos han animado más, han servido de acicate", subrayó a cara descubierta el secretario general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), Alberto Moya, minutos antes del comienzo de la manifestación. En declaraciones a los periodistas, Moya dejó claro que los agentes del instituto armado tienen pleno derecho a manifestarse, en contra de la interpretación que ha hecho el Gobierno.
Por su parte, el secretario de la Unión de Guardias Civiles (UGC), Manuel Mato, anunció que su organización "no titubeará" a la hora de emprender acciones legales contra el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, por un supuesto delito de coacciones.
Precisamente Rubalcaba fue el protagonista de la mayoría de las consignas coreadas a lo largo de la protesta que se detuvo durante unos minutos a las puertas del ministerio, donde se hizo explotar una potente traca. Gritos de "Rubalcaba dimisión", "Rubalcaba, súbenos la paga" y "Rubalcaba, la poli no te traga", se escucharon durante las casi tres horas de protesta que concluyó en los Jardines del Descubrimiento.
En el escenario, acompañaron a los representantes sindicales un ataúd con el escudo del Cuerpo Nacional de Policía y cuatro maniquíes vestidos de uniforme. De uno de ellos, que lucía el uniforme de la Guardia Civil y que aparecía con la boca tapada con cinta adhesiva, colgaba un cartel que decía: "Yo no hablo porque no me dejan".
Críticas . Tras la intervención de los portavoces de las federaciones de policías europeas, que criticaron el trato que el Gobierno español está dando a sus fuerzas de seguridad, la lectura del manifiesto corrió a cargo del portavoz de la unidad de acción sindical, José Ángel Fuentes Gago. Éste insistió en pedir "respeto" para la labor de las fuerzas de seguridad, destacó que Rubalcaba "pasará a la historia" como el primer ministro del Interior que ha conseguido que policías y guardias civiles "hagamos causa común ante sus ataques injustos y arbitrarios".
"Estamos cansados de que se utilice nuestro trabajo y hasta nuestros funerales", lamentó el portavoz sindical quien acusó a Rubalcaba de "antidemocrático" y de derramar "lágrimas de cocodrilo en nuestros funerales" para después calificar a los policías de "insolidarios". Unas acusaciones que arrancaron los mayores aplausos y numerosos gritos de "Rubalcaba, dimisión".
Por su parte, el dirigente del Sindicato Profesional de la Policía Fernando Vivas se solidarizó con los compañeros de la Guardia Civil y dijo que si es necesario volver a manifestarse, "vamos a volver el doble". "Nuestros compañeros de la Guardia Civil tienen la boca cerrada pero nosotros se la vamos a abrir", avanzó Vivas.
En esta misma línea, el portavoz de la Unión Federal de Policía, Alfredo Perdiguero, lamentó la presión a la que se han visto sometidos los guardias civiles y criticó que se haya amenazado a los agentes del instituto armado con la pérdida de su empleo si secundaban la protesta.
Por su parte, la Unión de Oficiales de la Guardia Civil decidió no acudir a la manifestación convocada para reivindicar un aumento salarial porque no quieren entregarse "como rehenes" al Ministerio del Interior ni "ser objeto de chantaje" que podría concluir con la extinción de la agrupación.