Tibio, muy tibio, me pareció el juego y el ánimo de los jugadores sevillistas ante un flojísimo Getafe. Tibio a más no poder estuvo el público del Pizjuán, ahíto recién de torrijas. Tibia entendí la puntuación que le dieron a los jugadores casi todos los medios -darle 1 punto sobre 3 a jugadores como Renato o Romaric me parece "bondadoso" en exceso-.
Tibio ha sido el análisis de los cronistas, apelando alguno, incluso, a la mala suerte (esa excusa que suelen utilizar los perdedores). Inaceptable. Más tibio todavía el de los propios profesionales, entre los que sólo Capel (suplente) admitió que el equipo estuvo "algo apático". Luego había que escuchar a los demás apelando a la falta de acierto, a que "no metimos las nuestras" (ocasiones), a?
Todo muy tibio, vamos. Tibio también parece irse de parranda (comida y capea) tras el esperpento dominguero -por mucho entrenamiento invisible que sea- y, sobre todo, a la vista de lo que se avecina. Porque nada tibios son los 4 próximos enfrentamientos ante Valencia, Barça, Madrid y Villarreal. No parece la tibieza la mejor aliada para afrontarlos. Se ría un escenario perfectamente plausible el perder los 4 partidos. Y, entonces, seguro que no se hablará de alcanzar al Madrid (¡menuda boutade, Manolo!). Ni, seguramente, de la tercera plaza. Ni, a lo mejor, de la cuarta.
