Se ha reeditado, en edición facsímil, la traducción española de "Demasiados abogados", ese gran trabajo de uno de los grandes juristas europeos del siglo XX, el florentino Piero Calamandrei. Es un libro muy citado y poco leído, por lo raro y por su ausencia de una mayoría de nuestras Facultades de Derecho tras generaciones de hurtos y extravíos.
Casi todos los que hemos estudiado Derecho lo hemos oído mentar en algún momento de nuestro paso por la Facultad, y hemos leído algún fragmento fuera de contexto; se presenta como un libro folklórico, casi humorístico, sobre la profesión y sus costumbres. En realidad, es una crítica muy seria sobre la situación de la abogacía en su tiempo, con propuestas de mejora bien reflexionadas y argumentadas. Una crítica que surge del amor al Derecho y de la alta estima a sus profesionales.
Es la voz de quién se duele de una realidad que conoce bien, dando una visión descarnada de un mundo al que se ha dedicado la propia vida, el de la Justicia. Éste es el tipo de crítica, juiciosa, argumentada y constructiva, que tanto necesitamos en España, un país en el que se pasa de la adulación al desprecio sin estaciones intermedias. Los españoles, solos o colegiados, no admitimos que se nos critique sin ofendernos y contraatacar.
¿Se imaginan, en España, escribiendo un libro con este nombre? ¿Qué no dirían los colegios profesionales? Lo mismo cabe decir de médicos, arquitectos o profesores universitarios. Sólo se admite una excepción: cuando la crítica al número elevado justifica restricciones de acceso al mercado, vía colegiación o número artificialmente pequeño de facultades. Entonces sí sobramos. Bienvenido sea este libro, bien tornado mejor dicho, y ojalá se escriban muchos como ése entre nosotros.
Catedrático de Derecho del Trabajo
