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Demostración de fortaleza sindical por las calles de la capital

UGT y CCOO movilizan a 50.000 personas que la Policía reduce a 15.000

el 29 sep 2010 / 19:57 h.

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La manifestación recorrió la Avenida de la Constitución.

Una marea rojiblanca tomó ayer una de las principales arterias de la capital hispalense. Los sindicatos CCOO y UGT, promotores de la huelga general, consiguieron hacerse visibles en la Avenida de la Constitución a través de sus banderas, pegatinas, megáfonos, pitos y petardos, en una protesta con ambiente festivo que reunió, según los representantes de los trabajadores, a unas 50.000 personas, mientras que fuentes policiales rebajaron el número a 15.000. Más allá de la guerra de cifras, cierto es que cuando la cabecera de la manifestación llegó a su objetivo, un estrado ante la puerta principal del recién rehabilitado Palacio de San Telmo, aún había gente concentrada entre las céntricas plazas de San Francisco (desde donde arrancó la manifestación) y Plaza Nueva. "Hace tiempo que no veía una manifestación así por algo que no fuera el fútbol en Sevilla", comentaban algunos de los presentes.

O no lo esperaban, o el ver tanta gente unida en favor de una misma causa -la suya, y sobre todo después de las críticas y las dudas que sobre su capacidad de concentración han recibido- los animó especialmente y de manera visible después de una noche intensa. Los secretarios generales de UGT-A y CCOO-A, Manuel Pastrana y Francisco Carbonero, respectivamente, no podían esconder su alegría.

"Es un éxito, estoy orgulloso", declaró el primero de ellos en la cabecera de la manifestación, cuyo arranque se retrasó en la capital andaluza por la presencia de dos furgonetas de la Policía Nacional que indignaron a los sindicalistas. "No necesitamos escolta policial", protestaba Carbonero, aunque poco después la cabecera arrancó a andar, eso sí, con los dos furgones algo más lejos. El lema de la pancarta, Así no, huelga general. Yo voy.

A pesar de la alta presencia de huelguistas, algunos comercios y establecimientos de los alrededores de la Catedral decidieron permanecer abiertos, aunque algunos echaban el cierre sólo al pasar la oleada de manifestantes. La administración de lotería El gato negro, Café de Indias o 100 montaditos fueron algunos de ellos. Mientras tanto, la FNAC permanecía cerrada -aunque sólo durante esos momentos-, así como las sedes de entidades bancarias que jalonan toda la avenida, aunque en este caso, se podía ver movimiento en el interior.

Y como en toda manifestación que se precie, sobre todo si se celebra en medio de una huelga general, las consignas se sucedían con mucha pasión, en algunos casos. Sin duda, la más proclamada ayer en Sevilla fue "¡Zapatero, embustero!", aunque tampoco olvidaron las míticas "¡Si esto no se arregla... guerra, guerra, guerra!" o "¡Así, así, ni un paso atrás, contra la reforma, huelga general!".

Pero los sindicatos no las tenían todas consigo. Algunos manifestantes dejaban visible a través de pancartas y camisetas que su respaldo a la huelga era "a pesar" de UGT y CCOO. Para ver estas consignas había que desplazarse a la cola de la concentración, en la que se posicionaban los partidos y organizaciones anticapitalistas, donde la cosa estaba más animada, los cánticos eran más reivindicativos y más duros contra el presidente del Ejecutivo. En medio de la protesta, banderas de IU, del SAT, del PA-PSA (estaba su líder, Pilar González), entre otras organizaciones y partidos políticos. Por sectores, el mayor músculo lo mostró el del metal y la industria, detrás de cuya pancarta se sumaban un mayor número de manifestantes.

Una vez que la manifestación llegó a su destino, dos canciones marcaron el principio y el final de los discursos de los líderes sindicales. La primera, el Himno a la libertad, del recientemente fallecido José Antonio Labordeta, que provocó alguna que otra lágrima entre los allí concentrados, que aguantaban en la Avenida de Roma bajo un sol de justicia. Y sin comprar agua, que así se contribuye a la huelga, aunque la poca sombra del entorno de San Telmo estuvo muy disputada.

El primero en tomar la palabra fue el secretario provincial de CCOO, Alfonso Vidán. "El mejor patrimonio de los sindicatos no son las subvenciones ni los liberados, sino los trabajadores", señaló, mientras que su homólogo en UGT, Juan Antonio Gilabert, arengó a los presentes diciendo que en la manifestación se había concentrado "la Sevilla roja".

Por su parte, Carbonero aprovechó para agradecer su "valentía" a los que decidieron optar ayer por hacer huelga, para "vencer los piquetes mediáticos que atacan a trabajadores y a organizaciones sindicales, para vencer el piquete permanente del Gobierno y el del miedo, que son los empresarios".

Pastrana agradeció a los asistentes su participación y declaró "sentirse orgulloso de los trabajadores que han secundado la huelga porque han peleado por sus derechos". Así, destacó que "el Gobierno no tiene más opción que rectificar, parece que Zapatero se ha quedado sordo y no nos quiere escuchar". El secretario general de UGT-A manifestó que "esto no es el final, es sólo el principio, porque tenemos un presidente del Gobierno que parece que se ha olvidado de los intereses de sus ciudadanos".

Finalmente, pidió a los asistentes un aplauso "por aquellos trabajadores que no han podido hacer la huelga porque sus empresarios no los han dejado".

El acto concluyó con los sonidos de la Internacional socialista, momento en el que se vieron algunos -aunque pocos- puños en alto. Los de los líderes sindicales, con la uve de victoria.

Manuel Pastrana: "El despliegue policial no tiene precedentes"

Unas horas antes de que arrancara la manifestación de la Plaza de San Francisco, los dos sindicatos mayoritarios comparecieron en rueda de prensa para hacer un balance de la noche de huelga. El secretario general de UGT-A denunció el "despliegue policial sin precedentes" de esta convocatoria, lo que, según el líder sindical, provocó "momentos de tensión" en algunos de los puntos donde se concentraron los piquetes informativos.

Además, apuntó a las "coacciones" de ciertas empresas para impedir la huelga, entre las que citó a Ikea de Málaga, El Corte Inglés de Puerto Banús (Málaga), el centro comercial Islantilla en Huelva, las zapaterías Mary Paz repartidas por toda Andalucía, los Carrefour de toda la comunidad y las fábricas de patatas Los Rosales. "hay varios trabajadores detenidos por los piquetes, pero no hemos visto ningún empresario detenido por impedir el derecho a la huelga", recalcó.

Durante la manifestación, Pastrana recordó sus palabras sobre los abuelos -a los que hace semanas animó a no cuidar de sus nietos para así contribuir a la huelga general- y aseguró que este colectivo "tiene derecho a manifestarse por unas pensiones dignas, para así garantizarse que la jubilación lo sea también".

 Francisco Carbonero: "Rubalcaba y Zapatero forman un piquete más"

"Nunca un Gobierno de izquierdas ha querido impedir una huelga de estas características poniendo a la Policía como principal piquete". Así mostraba ayer su indignación el secretario general de CCOO-A, Francisco Carbonero, contra el despliegue de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en las zonas donde se esperaba un mayor nivel de conflictividad, en lo que denominó el piquete "Zapatero-Rubalcaba".

De este modo, se mostró "muy satisfecho" por el resultado de la huelga y criticó el "conglomerado de piquetes intimidatorios puestos en marcha para que la movilización no sea un éxito" por parte de "medios de comunicación y empresarios", a los que sumó el citado piquete formado por el presidente del Gobierno y el ministro del Interior.

Además, denunció que se había pedido la documentación a algunos de los concentrados y señaló que espera que esos datos recabados por la policía no sirvan para poner sanciones "y contribuir así a pagar el déficit del Estado".

También subrayó "la actitud antidemocrática de algunos empresarios" y aseguró que al Gobierno "sólo le queda rectificar, dialogar y cambiar su política".

 

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