El Juzgado de Instrucción número 17 de Sevilla ha rechazado dejar en libertad al joven de 23 años que ingresó en prisión en junio de 2010 tras supuestamente asesinar de 21 puñaladas y violar "de manera muy brutal" a una mujer de 78 años en su domicilio del número 3 de la calle Ciudad de la Oliva de la barriada sevillana del Parque Alcosa.
Así lo han dado a conocer a Europa Press fuentes del caso, quienes han precisado que, después de que la juez instructora Pilar Llorente haya rechazado por medio de un reciente auto la puesta en libertad del joven imputado, ahora será la Audiencia Provincial la que deba decidir si mantiene o no en la cárcel al joven, al que se imputan sendos delitos de homicidio y agresión sexual.
Los hechos se remontan al 6 de junio de 2010, cuando la víctima, Efigenia G.L., fue asesinada a puñaladas presuntamente a manos de un vecino del mismo bloque, un joven de 23 años que, según informaron en su momento fuentes policiales, pasó toda la noche consumiendo alcohol y estupefacientes. La víctima murió desangrada tras recibir varias puñaladas con un cuchillo, que fue encontrado posteriormente en el lugar de los hechos por agentes desplazados a la zona, después de una trifulca que se habría iniciado entre ambos vecinos por causas que se desconocen.
Los dos médicos forenses que realizaron la autopsia a Efigenia G.L. ya declararon ante la juez que la mujer presentaba, además de 21 puñaladas, signos de haber sufrido una violación "muy brutal" y heridas producidas "inequívocamente" por una agresión sexual. Así, añadieron que la mujer "no tenía capacidad de defensa" ante su supuesto agresor, ya que pesaba únicamente 48 kilogramos y rozaba los 80 años. De igual modo, los forenses indicaron que los golpes "tenían como único objetivo infligir sufrimiento" a la víctima.
La declaración de los forenses se produjo tres semanas después de que el pasado día 10 de agosto prestara declaración el padre del acusado y afirmara que fue su hijo quien quiso entregarse "inmediatamente después" del crimen y, para ello, le pidió ir a la Policía la noche del día del suceso para confesar los hechos, según informaron a Europa Press fuentes del caso.
Según declaró su padre, el detenido "no se acordaba bien de lo que había hecho" con su vecina, por lo que esa noche acudió junto a su progenitor al domicilio de Efigenia, en cuyo interior se había dejado diversas prendas de ropa, encontrando sangre en el descansillo y quedándose ambos sin poder entrar en el piso al encontrarse ésta ya sin vida, por lo que no pudo abrirles la puerta.
