Una pelea sin importancia entre dos niñas de tercero de educación primaria de un colegio de Marchena acaba en los juzgados. José Utrera, el padre de la víctima, presentó a comienzos del pasado mes de agosto en los juzgados de Marchena una denuncia por acoso por parte de los padres de una compañera, para los que pide que se expida una orden de alejamiento con respecto a su hija.
La situación comenzó, según su versión, el pasado 24 de marzo, cuando la madre de la otra niña abordó a la suya para decirle que era “muy mala” y con “muy malos instintos” por no querer jugar con su hija, según el escrito presentado a los juzgados. Fue lo que la pequeña le contó a su madre cuando regresaba en autobús a casa. Como siguió, y ante el temor de la niña, la acompañaron al colegio. Pero la situación volvió a repetirse y peor.
Después de estos hechos, la madre de la víctima llamó a los denunciados: “Vinieron a mi casa para pedirme a mí explicaciones”. De todas maneras, ella accedió: “Les pedí disculpas por haberles gritado por teléfono porque mi hija llegó con un ataque de ansiedad y les tuve que mandar a callar dos veces en mi casa para que no chillaran a mi niña”.
Tras intentar que el colegio solucionara la situación y que no dejaran a estos padres entrar por allí a sus anchas, incluso cuando los niños ya estaban en clase, comenzaron a enviar varios escritos a la Delegación Provincial de Educación, de los que recibieron como respuesta que el centro escolar ya había adoptado las medidas oportunas: cambiar el lugar de la fila. Pero según los demandantes, esto no evitó que la denunciada se dirigiera a la fila de su hija “para coaccionarla con comentarios despectivos ante la absoluta pasividad de la dirección y del personal docente”.
Como no estaban conformes con la respuesta le enviaron un escrito al Defensor del Pueblo Andaluz, quien les contestó en su segunda misiva que desde la Junta de Andalucía no le enviaban la información del caso requerida.En la denuncia también aportan el informe remitido por la psicóloga de Infancia y Familia de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Marchena en el que se indica que la solución pasa “por el alejamiento total del foco del problema, que no es otro que la madre de la compañera”.
Dada esta situación se podría pensar que otra solución que podría ofrecer la Consejería de Educación es la de cambiar a la niña de colegio, pero no quieren los padres. “Le planteamos a la psicóloga el cambio pero no lo recomendó porque ella qué es lo que ha hecho, que lleva allí desde los 3 años”, se pregunta la madre. “Lo que queremos es que no dejen entrar en el colegio a los padres acosadores”, apostilla.
El nuevo curso empezó, y la niña teme ir en autobús, como hasta ahora, y encontrarse a la mujer. “La llevo antes y la saco cuando ya se han ido todos para que no se encuentre con ella”, dice resignada su madre a la espera de la resolución de los juzgados.
