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"Denunciaremos a Sarkozy ante el Tribunal de Justicia de la UE"

La Unión Romaní toma medidas tras la expulsión de 600 gitanos en Francia.

el 29 ago 2010 / 17:51 h.

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Llegaron a Europa alrededor del siglo XV. Desde su entrada en el continente europeo, el pueblo romaní ha sufrido constantes situaciones de rechazo. El último ataque a este colectivo procede del Gobierno francés, que el pasado 28 de julio anunció su intención de desmantelar unos 300 poblados gitanos.


Un mes después de que se hiciera pública esta medida, ya son cerca de 650 los gitanos expulsados de Francia, y su ministro de Inmigración, Eric Bresson, declaró que a finales de agosto "serán alrededor de 950". Ante esta situación, han sido muchos los organismos e instituciones que se han mostrado en contra de la política de Nicolas Sarkozy. La Unión Romaní en España se ha unido a estas críticas y ha denunciado que esta iniciativa "viola las propias leyes francesas, el ordenamiento jurídico europeo y el tradicional compromiso de Francia en la defensa de los Derechos Humanos".


No obstante, Francia no es la primera en atacar de forma directa a la comunidad romaní, pues ya Italia inició en 2008 una ofensiva similar y en una ciudad de Eslovaquia han levantado un muro para impedir el paso de los gitanos. "Y ahora se ha trasladado a otros países", confirma Juan de Dios Ramírez-Heredia, presidente de la Unión Romaní española. Un ejemplo es el caso de Copenhague, que ya ha solicitado, como informa Ramírez-Heredia, la ayuda del Gobierno para deportar a 400 gitanos. Otros 700 han sido expulsados de Flandes, mientras que "en Italia continúa la persecución". Estas políticas que van en contra del pueblo gitano se deben, según el representante romaní, a que en época de crisis, las minorías son "las primeras en ser acusadas de los males de la sociedad mayoritaria".

Otra motivación importante en la decisión francesa es, según apunta este portavoz, la demagogia que exhibe el presidente del país. "Todos sabemos que Sarkozy es un maestro en la explotación de los sentimientos más elementales de la sociedad, como el orden, la paz y la seguridad".

Por ello, desde esta organización se han emprendido diversas acciones. Manifestaciones en varios estados europeos ante la Embajada del país galo y una gran concentración en París, acordada para el 4 de septiembre, son sus primeras iniciativas. Pero, dando un paso más allá, la Unión Romaní quiere llevar al Gobierno de Sarkozy ante los tribunales. "Estamos estudiando la forma de emprender un procedimiento judicial de denuncia ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea" explica Ramírez-Heredia a este periódico.

Ayuda de europa. La organización cree fundamental el apoyo de Europa. De hecho, los romaníes españoles proponen que "la Comisión Europea designe con urgencia un equipo de expertos, del que deben formar parte gitanos y gitanas de reconocido prestigio. El objetivo es proponer las medidas que pongan fin a las deportaciones masivas y eviten que otros gobiernos puedan adoptar medidas parecidas".

Asimismo, un porcentaje importante de los más de 10 millones de gitanos que, según los estudios, residen en Europa, se encuentran en situación de exclusión social. "En países de la Europa Oriental, que son miembros de la Unión Europea (UE), como la República Checa, Rumania o Bulgaria, la discriminación que sufre nuestro pueblo es sangrante y generalizada, e incluye ataques físicos y a veces hasta los asesinatos", señala. "Lamentablemente, nuestras carencias son tantas que en todos los países de la UE ocupamos el último lugar en la clasificación del progreso y el desarrollo", sentencia.

La principal causa de esta situación de vulnerabilidad que sufre el colectivo gitano es "la falta de formación", subraya Ramírez-Heredia, el primer gitano en el mundo que recibió una distinción doctor Honoris Causa en 2008. La tasa de analfabetismo entre los gitanos ronda el 60%. "Y sólo la cultura hace libres a los pueblos", destaca.
Los prejuicios que tienen asignados este colectivo constituyen también un gran problema, ya que en numerosas ocasiones se les identifica como delincuentes, y como "personas incívicas", indica Ramírez-Heredia. Y va más allá: "Es muy difícil prosperar cuando notas a tu alrededor la desconfianza". Y agrega: "Todo el mundo es bueno, se dice popularmente, mientras no se demuestre lo contrario. Para nosotros, los gitanos, la máxima se formula al revés. Cada día tenemos que demostrar que también entre nosotros los hay buenos y malos".

La situación en españa. España parece ser un ejemplo diferente para los 600.000 gitanos que viven en el país, según los datos de la Unión Romaní. Pero existen temores, como el de la Fundación Yerba-Buena, de que la situación francesa se traslade a España. Ante esto, Ramírez-Heredia se muestra tajante: "En España rige la Constitución de 1978 que consagra la igualdad de todos los españoles ante la ley sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de raza. Cualquier tipo de racismo institucional, si lo hubiera, sería inmediatamente denunciado y combatido".

Es más, dentro de la sociedad española, el presidente romaní ve un cierto "paraíso" para su pueblo. Un espacio de integración que se sitúa en Andalucía, donde habitan alrededor de 300.000 gitanos. "Andalucía no es la tierra de las tres culturas (la cristiana, la judía y la árabe). Andalucía es la tierra de las cuatro culturas. A las ya consabidas le falta la cultura gitana. En Andalucía, los gitanos no se sienten fuera de casa", concluye. Este espacio de convivencia e integración es, seguro, el objetivo que pretende trasladar la Unión Romaní al resto del continente europeo. "¿Usted ha oído muchas veces que los andaluces le pregunten al vecino ‘¿usted de dónde es?' ¿Verdad que no? Pues eso", sentencia.

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