La Facultad de Derecho recupera la normalidad en sus aulas después de que una matriculación mayor de lo esperado dejara a decenas de alumnos sin mesa y silla donde recibir sus clases. Sólo en determinados grupos, y más concretamente en la asignatura de Derecho Constitucional, persisten “pequeñas incidencias”.
El decano de Derecho confirmó ayer que los “grandes problemas” denunciados la semana pasada por los universitarios se habían solventado. Los estudiantes de tres aulas en las que una matriculación masiva había dejado sin sitio donde sentarse o poner la carpeta para tomar apuntes fueron ayer recolocados. Las nuevas aulas han salido de la propia Facultad de Derecho y no de la vecina Ciencias del Trabajo, reiteró Antonio Merchán, pese a que el ofrecimiento se hizo.
Pero no todos los alumnos corrieron la misma suerte. Los del grupo M-4 (aula 014), y más concretamente los de la asignatura de Derecho Constitucional impartida por el profesor Antonio Porras, se quedaron ayer sin clase. Una de las afectadas relató a este periódico que, pese a que las ocho de la mañana estaban todos esperando a la puerta del aula, el profesor no dio la clase. “Había como 30 personas de pie”, explicó. El decano de Derecho calificó estos problemas de “leves” y dio su palabra de que en el día de hoy quedarán solventados. La facultad no sólo ha tenido que buscar nuevas aulas y reordenar los grupos, sino que además ha intentado respetar los turnos (mañana o tarde) que cada uno de ellos tenía. “De lo contrario habría sido más fácil”, se justifica Antonio Merchán.
Este asunto ha llegado hasta el pleno del Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla (Cadus), cuya sesión del pasado jueves 1 de octubre continúa hoy. Los alumnos achacan esta masificación de las aulas al nuevo Reglamento de Actividades Docentes, a su artículo 27. Según éste, los alumnos no pueden matricularse de una asignatura nueva si la misma u otra de una rama similar del curso anterior no la tienen aprobada. Esto explicaría a juicio del Cadus una matriculación más abultada en determinadas asignaturas.
El Reglamento de Actividades Docentes ha levantado ampollas entre la comunidad estudiantil que, el próximo miércoles 7 de octubre, ha convocado una asamblea de universidad –la primera en la historia de la Hispalense– para debatir sobre este asunto. Las clases se pararán. De esta asamblea puede salir la petición de un claustro extraordinario con el fin de modificar el citado reglamento.
