En la investidura del presidente del Gobierno de España, el candidato ironizó sobre el concepto de "deuda histórica", que ahora aplican, una tras otra, la práctica totalidad de las comunidades autónomas. Zapatero vino a decir que más vale aparcarlo para evitar que todas las reivindicaciones y propuestas acaben siendo deudas históricas. Probablemente tiene razón, pero en ese caso debería establecerse un canon o derecho de autor para Andalucía como autora del concepto, que lo tiene legislado con el refrendo del Congreso de los Diputados, aunque sea con ese lenguaje normativo que complica casi siempre la comprensión lectora.
El candidato Chaves los unió ayer en su discurso de investidura: "Cumplir el Estatuto quiere decir que debemos cumplir lo previsto en la Disposición Adicional segunda, referente a la denominada deuda histórica". Debe considerarla prioridad principal porque fue el primero de la decena de pactos ofrecidos a la oposición para esta legislatura. Lo hizo con una invitación al diálogo "sobre la cantidad a negociar con el Gobierno de la Nación", aspecto que anticipa dificultades para lograrlo porque algunos pretenderán quedarse en la luna de Valencia y otros que salga el sol por Antequera, cuando lo que conviene es razonarla cuanto antes para no estar siempre con la misma cantinela.
Periodista
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