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Desafío pacífico a la Junta Electoral

Miles de personas desoyen la prohibición de concentrarse y se reúnen bajo las setas en la jornada de reflexión

el 21 may 2011 / 20:24 h.

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Para el almuerzo, paellas (vegana y con carne), lentejas con manzana y coliflor y, de postre, macedonia. Y para la cena "caldito con fideos (o sin ellos) que reconstituye cuerpo y alma (y mucho +)". La jornada de reflexión de los indignados del movimiento 15-M bajo las setas de la Encarnación fue tan placentera como el menú cocinado para los acampados por la comisión de comida (aquí cada manifestante tiene un cometido asignado). Desafiando la prohibición de la Junta Electoral Central , los indignados mantuvieron su acampada por quinto día consecutivo, logrando reunir en las escalinatas del Metropol-Parasol a la hora de la denominada asamblea popular a unas 10.000 personas, según la organización, una concentración que obligó a cortar el tráfico en la zona momentos antes de las ocho de la tarde.


Tras cinco días de acampada, las barandillas de acceso a la plaza Mayor, así como las bases de cada una de las setas se han transformado en un gigantesco mural de pancartas y carteles a través de cuyos mensajes los manifestantes expresan de forma pacífica su malestar con la clase política y los banqueros . "Yes we camp", reza uno de estos improvisados carteles. O "Colorín, colorado, el cuento se os ha acabado", pregona otra cartulina adosada al tallo de una de las setas. Durante toda la jornada, pero especialmente por la tarde, centenares de personas acudieron a la plaza de la Encarnación para participar en las diferentes actividades y talleres que se habían programado para este día, en el que la Junta Electoral central había prohibido desarrollar concentraciones. A pesar de ello, no había rastro de la Policía Nacional en varios metros a la redonda. Tampoco hizo falta.


El menú de actividades programado por los acampados para el día de reflexión fue de lo más variado: concierto de ska-flamenco, teatro de la calle y durante todo el día, taller de escultura hinchable. La programación incluía además un taller debate con un sugerente título (Autogestión de lo cotidiano, alternativas a la crisis), así como un recital de poesía y un mural de expresión poética para animar a la gente a dejar estampadas sus reflexiones. "No sabré desatarme los zapatos y dejar que la ciudad me muerda los pies...." Hay quien echa mano de Julio Cortázar para plasmar sus impresiones. Y hay quien prefiere aguzar el ingenio y dejar a la posteridad un pensamiento algo más creativo y personal: "Sea usted su propio policía: si tiene la tentación de pensar, dése un golpe fuerte en la cabeza". "La política es un aburrimiento", ha dejado escrito Rosa Moreno, de 8 años. Diego G.B., de 6 años, mete carga de profundidad y madurez a su manuscrito: "Si ves mucho la tele, dejarás de soñar. Sigue pensando".

No sólo de jóvenes con una estética chanclera se nutre la acampada. Padres y madres empujando carritos de bebés, parados cincuentones y profesionales al borde de la jubilación también se acercan a las mesas dispuestas en la plaza Mayor para estampar su firma en apoyo al manifiesto del 15-M, ése que empieza con un "Somos personas normales y corrientes. Somos como tú (...)".Miguel Martínez, 48 años, administrativo en el Servicio Andaluz de Salud, es un asiduo a la acampada. "Sólo he faltado una mañana", aclara. "Siento orgullo de que la imaginación se traslade por fin a la calle y creo que este movimiento responde a la necesidad que tiene la gente de manifestar su estado de indignación real". Hoy acudirá a su colegio electoral. "Votaré nulo. El voto en blanco favorece a los partidos mayoritarios". Otra que también acudirá hoy a votar es Encarni, administrativa de 47 años. "Yo trabajo, soy una afortunada, pero comprendo a esta gente y siento lo mismo que ellos. En mi empresa se vive con miedo. Hemos retrocedido unos 40 años atrás". A juicio de otro firmante, José María, ingeniero industrial de la Escuela de Sevilla de 62 años, esta concentración no interfiere "para nada" en la jornada de reflexión. "Aquí nadie está pidiendo el voto ni se está manifestando. Además, la decisión de la Junta Electoral Central es totalmente injusta".


La noche cae sobre las setas. La animación no decrece. Tampoco el buen humor. Y para que nada falte un tipo disfrazado de Curro, la mascota de la Expo, hace las delicias de la concurrencia.

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