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Desalojados los vecinos de un edificio en prevención por una escapada de gas

Los vecinos de tres bloques de Mairena del Aljarafe estuvieron fuera de las casas durante dos horas.

el 01 ago 2011 / 12:03 h.

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Peligro, desalojo y, al final, susto. Los vecinos de tres bloques del número 15 de la Avenida de las Civilizaciones en Mairena del Aljarafe se llevaron un pequeño susto, cuando en torno a las 10.30 horas de ayer, unos operarios que trabajaban en la zona perforaron una tubería de gas. La rápida actuación de los bomberos y la Policía Local, que procedió al desalojo de los bloques y alrededores, evitó problemas mayores.

Por suerte, no se tuvo que lamentar heridos ni daños materiales. Según precisaron fuentes del Ayuntamiento, a las 10.35 una llamada de un particular alertó al servicio de emergencias 112 de un fuerte olor a gas. Al poco tiempo, tres patrulleros de la Policía Local de Mairena del Aljarafe, acompañados por efectivos de la Guardia Civil y de los bomberos, acordonaron la zona y desalojaron a los residentes del bloque. También cortaron al tráfico la avenida de las Civilizaciones, mientras que la empresa suministradora de gas se encargaba del arreglo de la tubería.

"Escuche un estruendo muy fuerte y bajé corriendo a ver qué pasaba, y al poco tiempo llegaron los bomberos y la Policía y empezaron a llamar puerta por puerta avisando a la gente para que bajara", explicaba una vecina.

La Policía tan sólo tuvo que desalojar a unas 10 personas, ya que afortunadamente a esa hora la mayor parte de los vecinos se encontraban fuera de las viviendas, bien por trabajo o por vacaciones. "Aquí vive mucha gente joven y la mayoría estaba trabajando", señalaron los afectados.

"No ha pasado nada, gracias a Dios, aunque me han tenido en la calle durante unas dos horas", explicaba Mónica, propietaria de la tienda Parquet J.L. Cuevas, instalada en los bajos del edificio. Justo al lado, en la cervecería La Calita, uno de los camareros comentaba que a ellos no les había afectado, porque cuando abrieron sobre las 12.30 ya se encontraba todo "bajo control".

Sin embargo, la situación no se había normalizado para todos. A la espalda del bloque, un trabajador del restaurante Come y Calla se quejaba de que a las 14.00 horas todavía no funcionaba el servicio de gas, por lo que no podían usar la cocina y "los clientes estaban a punto de llegar". Otro vecino, aún con el susto en el cuerpo, preguntaba a los operarios, antes de entrar en el bloque, si ya no había peligro y podía estar tranquilo en su casa.


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