Un aceite de oliva más sano, menos contaminante y con propiedades terapéuticas. Bajo esta premisa trabaja un equipo de científicos de la Universidad Pablo de Olavide (UPO), liderado por los investigadores Plácido Navas Lloret y Francisco Martín Bermudo, en el marco de un proyecto de cooperación público-privada encabezado por la empresa sevillana Oleapure y en el que también colabora la Universidad de Sevilla.
Esta iniciativa, financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad a través del subprograma Innpacto según informa la Olavide, avanza hacia una nueva técnica para obtener aceite de mayor calidad, más saludable y libre de residuos salvo el Oleasan, un subproducto con potencial utilidad industrial.
Bautizado como Oleaster, este nuevo aceite de oliva se obtiene directamente de la aceituna, sin los pasos intermedios de molido y batido convencionales, y sin generar alperujos contaminantes. Una técnica que, según los responsables del proyecto, da en un nuevo producto de mayor calidad y lo más intacto posible en cuanto a la preservación de sus principios activos protectores. El único residuo obtenido con la extracción mediante este innovador método sería el Oleasan, un subproducto de alto valor añadido que podría utilizarse como aditivo a incluir en los alimentos y cosméticos con propiedades nutritivas y medicinales.
El papel de la UPO en este proyecto se centra en determinar la calidad y propiedades funcionales del aceite obtenido por este nuevo método y del Oleosan, recurriendo para ello a análisis de la composición y al estudio de los posibles efectos beneficiosos para la salud. En concreto, los trabajos abordados desde la UPO están destinados, por un lado, a analizar la riqueza en principios activos del tipo compuesto polifenólicos, como el resveratrol, y en antioxidantes (coenzima Q, vitamina C y vitamina E). Por otra parte, se busca determinar los efectos beneficiosos tras el consumo sobre el estrés oxidativo, el perfil lipídico y el estado inflamatorio.
En este trabajo, los científicos están haciendo uso de ratones tratados con una dieta hiperlipídica y rica en carbohidratos que son modelos humanizados de síndrome metabólico (suma de varias enfermedades o factores de riesgo que aumentan el riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca o diabetes tipo 2), con lo cual se reducen las dificultades de extrapolación de los datos hacia humanos. De esta manera se conocerá el valor añadido que aportan sobre otros aceites, y que pasan por una mayor capacidad antioxidante, antiinflamatoria y de mejoría de los perfiles lipídico y proteómico.