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Descartan que Laura Cerna se autolesionara

el 16 abr 2012 / 12:21 h.

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“La posibilidad de que se autolesionara es casi nula, prácticamente imposible”. Con estas palabras los forenses que realizaron la autopsia al cadáver de Laura Cerna, la mujer norteamericana cuyo cuerpo fue descuartizado, tumbaron la versión del acusado por este crimen, Antonio Gordillo, quien afirmó en su declaración que ella comenzó a darse golpes y a apuñalarse cuando él se negó a mantener relaciones sexuales con ella.


En la tercera jornada del juicio han declarado los médicos que se encargaron de analizar los restos mortales de Laura, quienes explicaron al jurado que el cuerpo presentaba dos tipos de lesiones “contusas y e inciso punzantes”. Las primeras son consecuencia de los golpes que recibió y que le provocaron moratones en la “zona lumbar, en los antebrazos y en el ojo derecho”. Según los especialistas, el hecho de que se hayan formado moratones significa que los golpes los recibió “estando viva” y aseguraron que los hematomas en los brazos se produjeron cuando la víctima intentaba protegerse.


En cambio, no presentaba ninguna herida producida por arma blanca en los brazos, lo que indica que la víctima ya estaba inconsciente u “obnubilada” cuando recibió las puñaladas. En total, fueron tres cuchilladas todas en la “zona mamaria izquierda”, lo que a juicio de los forenses, es señal de que todas se dirigían a la zona del corazón y, por tanto, para producir la muerte. La segunda de estas puñaladas, de hecho, la recibe directamente en el corazón, por lo que fue “mortal de necesidad”, mientras que las otras dos también afectaron a estructuras cardíacas y le afectaron a la mama izquierda que se la seccionó. Los forenses también creen que Laura estaba en el suelo cuando fue apuñalada y han descartado signos de violación.

Por otro lado, hoy también han declarado los psiquiatras que han estudiado a Antonio Gordillo, quienes lo describieron como una persona “irresponsable, con malas relaciones sociales y egoísta”.

Asimismo, también han intervenido los policías de Homicidios que llevaron la investigación, quienes han confirmado que el amigo al que Gordillo le confesó el crimen les relató el mismo 30 de agosto de 2010 que éste “había matado a una mujer y que la había desmembrado”. A partir de ahí se montó un dispositivo de vigilancia en los alrededores del piso del acusado, que nunca llegó a ir por allí. Cuatro días después recibieron una denuncia sobre la desaparición de una mujer extranjera, que coincidía con el día y el lugar que había dado el testigo. Así, con una orden judicial entraron en el domicilio de Gordillo, “que se hizo el remolón” ante los requerimientos policiales.

Una vez en el piso, la Policía Científica expuso a los productos radiactivos el salón, la cocina y el baño, donde localizaron sangre. No fue hasta entonces cuando Gordillo confesó “por escrito”, aunque negaba que la hubiera matado, sino que fue ella la que se quitó la vida y él ocultó el cuerpo por miedo. Luego llevó a los agentes hasta el lugar del río donde había lanzado la maleta con el cuerpo de Laura y la bolsa con la cabeza y uno de los brazos.

Gordillo se enfrenta a penas que oscilan entre los 25 años por un delito de asesinato que reclama el fiscal, y los 30 años y cinco meses que solicita la familia por asesinato, agresión sexual y profanación del cadáver

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