Los investigadores de la Consejería de Cultura y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que han trabajado los pasados meses de julio y agosto en la necrópolis de Carmona han hallado un nuevo sepulcro que aún no se había excavado. Los expertos tratan de resolver en estos momentos si los parterres creados en el siglo XIX por el arqueólogo Jorge Bonsor en torno a las fosas deben ser retirados para evitar un incremento en la erosión del subsuelo.
El director del conjunto arqueológico de Carmona, Ignacio Rodríguez Temiño, informó a la agencia Europa Press de que el descubrimiento de esta nueva tumba se ha producido junto al sepulcro de las Guirnaldas a consecuencia de la decoración que presenta esta fosa enclavada en un recinto funerario del siglo I después de Cristo y origen romano. El nuevo sepulcro aún no se había excavado, toda vez que los estudios practicados en los últimos años en el entorno se habían saldado ya con la localización de inhumaciones similares.
La tumba sigue el modelo de pozo que ya presentan otras inhumaciones de esta necrópolis descubierta en el siglo XIX por Juan Fernández López y el arqueólogo Jorge Bonsor, quienes aprovecharon la tierra extraída de las fosas en la construcción de parterres o terreras que posteriormente fueron adornados con vegetación y árboles y reforzadas con muretes.
De hecho, los trabajos desarrollados por un equipo del CSIC y por los miembros del conjunto arqueológico van encaminados a dilucidar si los parterres en sí suponen un perjuicio expreso para la conservación y el mantenimiento del recinto, pues sus toneladas de tierra actúan como una esponja sobre las tumbas y propician un permanente ambiente húmedo.
