La Tercera División, antesala hacia el fútbol profesional, ha sido históricamente una categoría con acento sevillano. El próximo ejercicio liguero militarán en la competición un total de siete equipos hispalenses, una cifra que no se repetía desde 1991.
En el verano de 1929 nacía, en la sede de la antigua Federación Ibérica de Fútbol, la Tercera División, una categoría de ámbito estatal. En aquella experiencia, ningún club sevillano presentó los avales necesarios para participar, una tradición que se repitió hasta 1943, año en el que debutó el Coria. El próximo 31 de agosto se inaugurará un capítulo en el que habrá siete protagonistas hispalenses, la cifra más decorosa desde el ejercicio 1991-92.
Septiembre de 1943. El Coria había sido campeón de Primera Regional y había logrado una plaza en Tercera División, una categoría en la que hasta entonces no hubo ningún club provincial en liza. En aquella inauguración, el plantel ribereño fue cuarto pese a medirse a equipos de la talla del Málaga, el RCD Córdoba, el Recreativo de Huelva, el Hércules de Cádiz o la Olímpica Jiennense, entre otros. Dos campañas más tarde, y después de firmar un año histórico, ascendía el Calavera, que demoró su estreno hasta 1946 por una crisis financiera.
Y en la 47-48 debutaba el Real Betis Balompié, que fue incluido en el grupo VI. La UD Salamanca fue su verdugo en la Liga regular. Los heliopolitanos fueron durante años los únicos en representar a la provincia en la competición, un privilegio que emuló el CD Utrera en 1950. Fue en la década de los 50 cuando asaltó el semi-profesionalismo la desaparecida UD Sevillana, que sólo compitió durante dos ejercicios. Su mayor hito fue el 5-1 que endosó al Úbeda en 1953.
Marchena y Lora debutaron en la 55-56. Y un año más tarde, el Coria disputó un play-off de ascenso a Segunda División, una fase en la que los amarillos eliminaron al Trafalgar (10-1 en el global), aunque sucumbieron ante el extinguido Calvo Sotelo. La década de los 60 fue la más prolija de la historia. En aquella etapa asaltaron el panorama nacional la desaparecida UD Cañamera, -actual AD San José-, la AD Carmona, el Écija Balompié o el CD Alcalá, entre otros.
filial del real betis. En 1964 surgía en Tercera el Triana Balompié, filial histórico del Real Betis y que fue capaz de encadenar ocho campañas consecutivas en la categoría. Fue entonces cuando irrumpió el Sevilla Atlético, uno de los clásicos del grupo hasta la creación de la Segunda División B en 1977.
Curiosamente, en la década de los 70 sólo debutó el Betis B, que, en 1976, asumió el relevo del Triana.
El filial bético compitió en una fase en la que el fútbol sevillano languidecía a nivel regional. Durante cuatro campañas, los heliopolitanos fueron el único conjunto en liza hasta que, en 1980, el decano Coria regresaba tras su histórico ascenso.
Y fue en la década de los 80 cuando se firmaron dos auténticos hitos. En la campaña 1986-87, en el grupo X militaron ocho conjuntos de la provincia: Sevilla Atlético, Betis Deportivo, CD Utrera, Coria, Dos Hermanas, Pilas, Brenes Balompié y Mairena, que repitieron un año más tarde. A finales de esa etapa, concretamente en la 88-89, el número descendió a siete, aunque se consiguió un hito que aún no se ha repetido. Utrera, Lebrija, Écija y Coria coparon las cuatro primeras plazas clasificatorias. Ascendieron los inquilinos del San Juan Bosco, aunque Brenes y Pilas descendieron a Preferente.
En los 90 y en la actual centuria, AD Cerro, Nueva Sevilla, Cabecense y Sevilla C se unieron a la nómina de onces hispalenses que han perpetuado su sello en una categoría, la Tercera, en la que el Coria es el referente. Su aval, 40 campañas en su regazo.