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Desde Su Eminencia a la calle Génova

Zoido visitó Su Eminencia y la Macarena y viajó a Madrid en una jornada frenética

el 23 may 2011 / 20:00 h.

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El diestro José Tomás.

Aunque se acostó tarde después de celebrar la victoria del PP con una fiesta en el Casino de la Exposición, la primera jornada de Juan Ignacio Zoido como alcalde electo comenzó temprano, y fue tan maratoniana como si todavía estuviera en campaña.

Le dio tiempo de convencer a los trabajadores de Tussam acampados en la Plaza Nueva desde hace casi dos meses de que con su llegada a la Alcaldía el conflicto laboral se solucionará, por lo que accedieron a levantar la acampada. También estuvo en la basílica de la Macarena para agradecer los buenos resultados. Por la tarde viajó a Madrid para participar en el comité nacional del PP y aprovechó para exigir al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y al andaluz, José Antonio Griñán, que adelanten las elecciones acusándolos de estar "deslegitimados" por la debacle electoral del PSOE .

Y todo ello sin olvidarse de responder a las felicitaciones que le llegaban por todos lados, incluida la red social Twitter , a través de la que reiteró su compromiso de llevar a su primer Pleno, seguramente en junio, justo después de tomar posesión, la derogación del Plan Centro , que restringe el tráfico privado en el Casco Antiguo.

La jornada comenzó temprano, con una visita al barrio de Su Eminencia con la que respondió al compromiso que había adquirido con Juan, un vecino al que prometió ir a desayunar con él al día siguiente de las elecciones. Tan sólo diez horas de responder al último tweet de felicitación por su victoria, Zoido anunciaba en Twitter: "Lo prometido es deuda: estoy con Juan en Su Eminencia repasando los problemas del barrio".

Hasta allí había llegado en un taxi en el que había vivido la primera anécdota de la jornada, cuando el conductor, asombrado, le espetó que le extrañaba que hubiera cogido un taxi en vez del coche oficial y le dijo que iba a llamar a su mujer para contarle que estaba llevando "al alcalde" en su taxi; pero la esposa no respondió al móvil y, cuando saltó el buzón de voz, el hombre le dijo contrariado que luego lo no iba a creer, así que Zoido, ni corto ni perezoso, le pidió el móvil para dejarle grabado un mensaje y que se creyera a su marido.

Después llegó a la Plaza Nueva y prometió a los conductores de Tussam acampados que solucionaría la situación que sufren desde que los recortes en las líneas de autobuses hicieron que no se renovaran sus contratos: les aseguró que ya ha dado instrucciones a Tussam para que antes de diciembre, 30 de los 80 estén de nuevo contratados.

Después de conseguir que accedieran a levantar el campamento, Zoido, católico practicante, acudió a la basílica de la Macarena con su mujer, uno de sus hijos mayores y parte de su equipo para agradecer, en un acto íntimo, los resultados electorales. Fue acabar y coger un AVE para asistir en Madrid a la reunión del partido, en la que pronunció una intervención, y regresar sin dejar de twittear durante el trayecto: además de seguir agradeciendo las muchas felicitaciones, insistió en que el empleo será su prioridad durante el mandato, juró a varios twitteros que no dejará de escucharlos ni de usar las redes sociales y avanzó que mantendrá las carreras populares que IU puso en marcha, entre otras cuestiones.

De vuelta a Sevilla, por la noche le aguardaba una entrevista en televisión antes de volver a reunirse con su familia. Vamos, que apenas le quedó sin solucionar la paz mundial. Y todo ello, como él mismo dijo en Twitter, antes de haber tomado siquiera posesión como alcalde: "Todavía no hemos llegado oficialmente, un poco de paciencia!".

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