Desenterró el cadáver de su marido con el único propósito de verlo por última vez. El cementerio de Utrera fue testigo de esta historia de una mujer de 63 años que decidió en la tarde del 19 de julio, acudir al camposanto, con un martillo y un cincel escondido en el bolso para proceder a desenterrar el cuerpo de su marido.
Según explicaron fuentes de la Guardia Civil, la mujer, que una vez descubierta fue trasladada al Char de Utrera y posteriormente al área de psiquiatría del Hospital de Valme, se escondió para no ser descubierta y, una vez cerradas las puertas del cementerio, se dedicó a abrir la lápida donde se alojaban los huesos de su difunto marido, que había fallecido hace menos de un año. Sin embargo, no llegó a sacar el féretro y sólo lo abrió parcialmente por la parte en la que se encontraba el cráneo.
Ya a la mañana siguiente, cuando se abrieron sus puertas el cementerio, se toparon con la mujer junto al nicho, dando el pertinente parte a la Guardia Civil, que se hizo cargo del caso.
