Cultura

Desnudo poético para un cabaret irreverente

Da gusto ver, a las puertas de una sala de teatro independiente como La Fundición, un público masivo, heterogéneo y expectante. La actuación de Ajo+Mastreta consiguió, sin demasiada dificultad, poner el cartel de 'No hay billetes'.

el 15 sep 2009 / 03:23 h.

Da gusto ver, a las puertas de una sala de teatro independiente como La Fundición, un público masivo, heterogéneo y expectante. Por lo general, este tipo de espacio atrae a un público especializado que, por desgracia, no suele ser mayoritario. Sin embargo, la actuación de Ajo+Mastreta consiguió, sin demasiada dificultad, poner el cartel de 'No hay billetes'.

A cinco minutos del comienzo del espectáculo aún quedaba gente esperando para comprar alguna reserva fallida. También hubo quien, confiando en que tenía la entrada reservada, llegó justo después de que se la hubieran puesto en venta. Y es que la organización advierte de que sólo se guardarán las entradas hasta media hora antes del comienzo del espectáculo y claro, con semejante expectación, todo aquel que llegó sólo unos minutos tarde se quedó si reserva. Eso provocó no pocas quejas aunque, al final, la organización hizo el esfuerzo y consiguió que nadie se quedara fuera.

Con semejante preámbulo, el ambiente estaba más que caldeado, así que, cuando Ajo comenzó su espectáculo expresando el deseo de que el público viniera ya "impresionado" de casa, encontró una complicidad por parte del espectador tan absoluta como espontánea. Y eso que la mayoría de los allí convocados habían acudido atraídos por el nombre del músico, a la búsqueda de algo muy diferente de lo que encontraron. Porque, en realidad, en este show, particular y ácido, el verdadero protagonista es la poesía y la forma de Ajo de interpretarla y la música interpretada en directo por Nacho Mastreta, forman parte como un elemento más de este singular relato, que puede ser definido como teatral, si lo encuadramos dentro del género del cabaret.

No obstante, el público, a tenor por las carcajadas y aplausos espontáneos que continuamente invadieron la sala, pareció disfrutar de lo lindo con este desnudo poético, irreverente y mordaz donde los haya, que Ajo define como cardivascular porque se dirige directamente a las arterias con la finalidad de ser capaz de llegar al corazón. Quizás por eso Ajo nos advierte desde el principio de que la micropoesía es un arma cargada de pasado imperfecto.

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