Árboles centenarios que se alzan hasta donde alcanza la vista, fuentes de cerámica y mármol y turistas, muchos turistas. Es a grandes rasgos lo que se puede encontrar en los Jardines de Murillo. El deterioro de algunos de los rincones de estos jardines ha desatado la polémica después de que la Asociación Amigos de los Jardines de la Oliva denunciara el mal estado de algunas de sus glorietas , concretamente la de los Capiteles, por supuestos actos vandálicos, hecho que desmintió ayer el alcalde Juan Ignacio Zoido (PP) al aclarar que los desperfectos se produjeron tras la caída de la rama de un árbol. Para preservar la belleza de este pulmón verde, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2002, vecinos y paseantes reclaman una mayor limpieza, conservación y vigilancia del espacio.
Nada más entrar ya se ve la estampa diaria de grupos de turistas, con cámaras al hombro y gorras para protegerse del sol. En dirección al barrio de Santa Cruz, tres glorietas se esconden bajo los ficus de grandes raíces y las palmeras. En la primera de ellas emana agua de la fuente, es la única que está en pie. Los bancos revestidos de cerámica, que tanto frescor proporcionan, se mantienen en buenas condiciones. Misma estampa se observa en la segunda glorieta, salvo por la ausencia de las tres copas que conformaban la fuente central.
La más afectada es la glorieta de los Capiteles. La fuente también está seca, uno de sus bancos luce a la mitad y le faltan los dos capiteles corintios que flanquean cada banco de cerámica. Un comerciante del barrio de Santa Cruz explica la causa. "Se cayó una rama de un árbol hace un mes o mes y medio". Concretamente, el pasado 26 de julio, la caída de una de las ramas del ficus gigantesco que rodea la glorieta se resquebrajó provocando tal destrozo, tal como reiteró ayer el regidor del Ayuntamiento.
Siguiendo el recorrido de los jardines, José Sánchez, de 73 años, lee su periódico refugiado en la sombra. "Esto está muy abandonado, es una pena", explica señalando la montaña de hojas caídas de un algarrobo cercano. En su opinión, en el recinto de los jardines "no hay conservación ni mantenimiento". Sobre el estado de algunas de las glorietas, achaca varios de los destrozos a actos vandálicos relacionados con el "botellón". Juan Ruiz, que también pasea por la zona, define el estado del parque de "vergüenza". "Sólo vienen a cortar el césped", añade.
Restos de bebida es lo que se puede encontrar en la glorieta dedicada al pintor José García Ramos. Botellas de cerveza y paquetes de tabaco vacíos yacen en dos de los bancos. Otros están pintados con grafitis, mientras faltan las copas de la fuente y otras de cerámica de la entrada.
Además del arreglo de los desperfectos, vecinos y transeúntes piden más vigilancia policial. "Tiene que estar la Policía Local vigilando y aplicando las ordenanzas para que los culpables no se vayan de rositas", pide Jacinto Martínez, miembro de la Asociación denunciante del abandono de las fuentes. Aunque recalca la importancia de la "educación" en civismo, exige también un castigo por los destrozos. "No es una labor destructiva contra los políticos, sino para dar ideas y que se cumplan", aclara.
ACTUACIÓN MUNICIPAL. Además de aclarar las causas de los desperfectos de los Capiteles, Zoido señaló que la fuente y el banco fueron retirados para su restauración. Debido al carácter turístico de la zona, recalcó el deber municipal de "prevenir actos vandálicos y cuidar los parques, como es la obligación de reponer cuanto antes ese mobiliario", para cuyos destrozos confirmó la petición de un informe.
