Cultura

Desventuras de un ‘rojillo’ andaluz en el exilio francés

Tras su fallecimiento, se publica la autobiografía de Manolo Valiente.

el 05 abr 2010 / 18:11 h.

Una pintura de Manolo Valiente realizada por otro exiliado.

10 de febrero de 1939. Un hombre de 30 años cruza, andando y aún con la herida que se hizo en el frente de Somosierra, la frontera con Francia. Una lesión en la columna vertebral hace que el peso del viaje se multiplique, está envuelto en un corsé de madera. Así comienza la historia de Manolo Valiente, un militante comunista de Morón de la Frontera que, tras haber visto al bando republicano perder la ciudad de Barcelona, decidió exiliarse en el país galo.

Todo esto se cuenta de forma pormenorizada en la autobiografía Un rojillo en el sur de Francia y en el poemario Arena y viento, que el propio Valiente dejó manuscritos a su muerte y ahora ha rescatado del olvido su amigo Jacques Issorel, quien también se ha encargado de traducir las obras al francés.

De este modo continúa la historia de Valiente, que se encuentra, tras cruzar los Pirineos hambriento y muerto de frío, con unos gendarmes que, al ver su deplorable estado, le llevan al hospital. Allí le curan, pero aún no ha empezado la auténtica odisea de este comunista que participó en la Guerra Civil "por convicciones políticas, no porque le reclutaran", explica Issorel. Así, una vez le dan el alta, Valiente pasa nada menos que por tres campos de concentración durante los tres siguientes años. Durante esa época, decide no significarse políticamente -es más, ya nunca más volvería a militar en un partido- debido al gobierno de Pétain, colaboracionista con Hitler.

Es en este período, el de los campos de concentración, cuando el exiliado comienza a escribir sus primeros poemas, también reunidos bajo el título Arena y viento. En ellos, desgrana sus sentimientos y, sobre todo, refleja la Francia que se encuentra, la del sur. Una Francia en la que sopla la tramontana constantemente, viento. Y una Francia en la que acaban de aterrizar muchos españoles que han terminado en campos de concentración situados en la playa, arena.

A pesar de ello, Valiente no perdió el humor al repasar sus memorias. "La palabra rojillo del título es irónica y provocativa, porque los franquistas en España la decían de forma despectiva, así que él se lo decía a sí mismo", señala Issorel, quien estuvo junto a él en la junta directiva del Instituto Machado.

La autobiografía y los poemas pueden adquirirse en una edición bilingüe (español y francés) sólo disponible en la sevillana librería Céfiro. Su precio es 14 euros.

La democracia no hizo que Valiente regresara

A pesar del tiempo transcurrido en Francia, Manolo Valiente siempre se mantuvo en relación con España. Trabajó como profesor de español, participó en el Instituto Machado...

Sin embargo, cuando la democracia le abrió las puertas para volver, él decidió no hacerlo. “Seguramente, no se atrevía, porque pensaría que el país al que iba a volver ya no era el que él había conocido, que estaría muy cambiado”, señala Issorel. A pesar de que su familia en España insistió e incluso le llegó a preparar un homenaje, una enfermedad cardíaca hizo que definitivamente nunca regresara a su país de origen.

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